Las distintas tradiciones de El Salvador guardan muchas historias y reflejan una gran belleza, como el tan esperado Día de los Farolitos, que se celebra anualmente cada 7 de septiembre.
Al igual que en Ahuachapán, Apaneca y Salcoatitán, los rincones de Concepción de Ataco volvieron a iluminarse con la cálida tradición de Los Farolitos, una festividad que por dos años se había suspendido debido a la pandemia de covid-19
En 2022 volvió a cobrar vida esta actividad, que según historiadores nació hace más de 150 años en el departamento de Ahuachapán, pero este evento con trasfondo religioso se ha expandido además a otros municipios, entre ellos Ataco y Apaneca.
Tres puntos turísticos reciben a cientos de personas, quienes al caer la noche estaban muy emocionados por vivir este evento que además ha sido catalogado como Patrimonio Cultural Inmaterial por la Asamblea Legislativa de El Salvador.
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De acuerdo a la historia que se ha transmitido de generación en generación, esta tradición se celebra en Ahuachapán desde el año 1850, y muchos afirman que surgió a raíz de un terremoto pero que se vio influenciada por la cultura española.
Ahora son cada vez más personas las que se unen no solo para observar la belleza visual que posee este evento, también para participar de este. Cada vez son más turistas, locales e internacionales, los que se suman a crear sus farolitos y vivir la experiencia de cerca.
"Dos años seguidos que no pudimos celebrar la víspera del Nacimiento de la Virgen Niña por la pandemia; pero en este 2022, las estructuras a base de farolitos, la participación de bandas musicales y la alegría de los ahuachapanecos y turistas, ha vuelto", expresó Alejandra Martínez, residente en la ciudad de Ahuachapán.
En la cabecera departamental, los lugares con más farolitos son El Calvario, Iglesia Nuestra Señora de la Asunción, Los Pinitos, Colegio Lourdes, Josefino y La Casa de la Cultura. El área comercial fue ubicada sobre la avenida Francisco Menéndez norte-sur.
En los últimos años este suceso se realizó con un poco de mesura, debido a las medidas de bioseguridad que se debían mantener. Estas se mantienen, pero hoy con un poco más de libertad y con debida protección, para gozar al máximo de la experiencia.
Con la caída del sol se despertaron los ánimos, lo locales comenzaron a encender sus luces dándole al paraje un espectáculo mágico.
Pero no solo hay tradición, también música. Desde días antes, la Alcaldía de Ahuachapán adelantó algunos detalles esperados, como la presentación de La Tremenda Orquesta Casino y La Sonora Dinamita de El Salvador.
"Nuevamente se está llevando la tradición como se conocía en la actualidad. Las instituciones privadas, educativas y la población en general se ha sumado a colocar los tradicionales farolitos", expresó el ahuachapaneco Jorge Guzmán.
El ambiente familiar se mantiene en esta ocasión, el color y la alegría le impregnan de nuevo un espíritu muy especial, el cual también se extendió a Ataco y Apaneca, donde los lugareños también llevan a cabo esta tradición.