El pasado 25 de julio, Katya Stefany Landaverde López, de 21 años, fue capturada por los mismos policías que llegaban a comprar a la tienda donde ella trabajaba como cajera y a comprar comida al comedor donde también la joven trabajaba. Ambos establecimientos están a menos de 200 metros de la subdelegación policial, en la colonia Scandia, de Ayutuxtepeque.
Cuando Karla, la hermana de Katya, les preguntó por qué la capturaban, le respondieron que “por agrupaciones ilícitas”. Karla los increpó preguntándole por qué hasta ese día y no antes si sabían bien dónde trabajaba. Entonces uno de los policías le respondió que “se la acababan de boletinear”; es decir, que recién habían recibido el informe de que ella colaboraba con las pandillas.
De acuerdo con Karla, quien denuncia la captura de su hermana como una arbitrariedad, los policías de la subdelegación de Ayutuxtepeque admitieron que la conocían y que iban a comprar a la tienda donde trabajaba Katya, pero se excusaron diciendo que “allí no podemos hacer nada; solo tenemos que seguir las indicaciones”.
Además, asegura Karla y otros familiares de Katya, la Policía dio información errónea en algo tan mínimo como es el lugar de la captura. La cuenta de Twitter de la Policía Nacional Civil (PNC) dice que fue capturada en la colonia Santísima Trinidad, donde la joven reside; pero en realidad la llamaron cuando salía del Juzgado de Paz de Ayutuxtepeque, que está a solo cruzar la calle de la subdelegación policial.
Sospechas de la familia
El lunes anterior, Katya acudió al Juzgado de Paz de Ayutuxtepeque, a donde había sido citada para una diligencia en el proceso penal que se instruía contra el imputado Carlos José Sánchez Guzmán, por el delito de maltrato animal.
Resulta que el 20 de julio, un sobrino de Katya abrió la puerta de la casa que da a la calle, ocasión que la mascota de la familia, una perrita, aprovechó para salir. Los adultos no se percataron de ello hasta que les informaron que la perrita había sido atropellada.
Katya solo pidió a Sánchez Guzmán que trasladara la perrita a una veterinaria, a lo cual el sujeto se negó y se retiró del lugar, afirma Karla.
Del accidente hubo personas que hicieron un vídeo, el cual fue subido a redes sociales; tras lo cual miembros del cuerpo de agentes municipales y del Instituto de Bienestar Animal se hicieron presentes para indagar el caso.
Carlos José fue capturado horas después y la alcaldía le impuso a Katya una multa de siete salarios mínimos por “abandonar a su mascota en la vía pública”: Esto, según Karla, tampoco es cierto. Lo que ocurrió es que la perrita se salió de la casa de forma accidental, aprovechando que un niño abrió la puerta principal.
Tras la audiencia judicial el conductor que mató a la mascota de Katya salió en libertad.
Fue al final de la audiencia cuando dos policías vestidos de civil conminaron a Katya a que los acompañara a la subdelegación sin informarle para qué. Ella obedeció. Hasta el miércoles estaba detenida en la subdelegación de Mejicanos.
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La captura ha causado asombro
Hasta mediados de este mes, Katya estuvo trabajando como cajera en una negocio en Ayutuxtepeque. Los propietarios del comercio dijeron que la conocían desde hace muchos años y que mientras estuvo laborando como cajera nunca hubo problemas con ella, pues siempre fue bien responsable y servicial.
Katya también ha trabajado por muchos años en un comedor cercano a la subdelegación policial de Ayutuxtepeque, a donde muchos policías llegan a comprar comida.
¿Por qué si era poste o colaboradora de pandillas la capturan hasta el lunes? A Karla y a otros parientes les parece sospechoso que la detuvieran justo después del incidente originado tras el atropellamiento de la mascota familiar.
Persona allegadas a Katya, y que afirman conocerla bien, dicen estar seguras de que alguien que obtuvo datos personales de ella en la documentación por el caso de la muerte de la perrita pudo haber llamado al 123 para calumniarla.