El debate sobre si debemos elogiar a nuestros hijos y en qué medida ha estado en curso durante los últimos 50 años. En ese tiempo, hemos pasado de la creencia de que elogiar a los niños lleva a formar adultos exigentes y perezosos, a que debemos elogiar a los niños siempre, independientemente de su esfuerzo o participación.
Ahora, una gran mayoría, reconoce el exceso: elogios vacíos no ayudan y pueden ser dañinos, pero por otro lado sabemos que nuestros niños necesitan reconocimiento. Como todo, encontrar el balance entre exceso, reconocimiento vacío y cero premios, conlleva ejercicio y práctica.
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Los niños piden reconocimiento porque esto los hace sentirse amados y aceptados, pero, debemos saber que el tipo de reconocimiento que demos, es realmente importante.
Un estudio conducido por la reconocida psicología social Carol Dweck y sus colegas ha ayudado a entender las complejidades de dar reconocimiento y cómo usarlo en formas positivas y motivadoras.
El estudio identifica dos tipos de mentalidades
Los niños que tienen una mentalidad fija creen que sus habilidades son rasgos inmutables. Sienten que cada desafío que enfrentan es una prueba para demostrar qué tan talentosos, inteligentes y capaces son, y si no los logran, tienden a abandonar el desafío porque ven sus habilidades como algo que no puede cambiar.
En casa, en la escuela, en terapia o en cualquier otro lugar, ellos se inclinan a ser defensivos o resistirse al cambio o a probar nuevas cosas. Muchos podrían referirse a estos niños como desintegrados, depresivos, obsesivos o perfeccionistas.
Los niños que tienen mentalidad de crecimiento creen que sus habilidad pueden incrementar con el esfuerzo.
La verdad, no todos los niños pueden crecer y ser un jugador de la NBA o una estrella de cine, pero estos niños están motivados para alcanzar lo mejor de ellos, aún reconociendo que no pueden ser el mejor del mundo.
Estos niños tienden a demostrar persistencia y optimismo cuando afrontan reveses. Estos niños pueden ser descritos como motivados con balance.
La investigación de Dweck encontró que en entornos educativos, cambiar la mentalidad de los niños de fija a de crecimiento da como resultado en un mayor esfuerzo, logro y capacidad para responder al estrés sin verse abrumados por él.
Por supuesto, hay muchos factores que contribuyen a una mentalidad fija o de crecimiento. Gran parte del desarrollo de nuestros hijos depende de rasgos genéticos, y aunque los padres pueden influir en los factores ambientales, no podemos cambiar el temperamento innato de nuestro hijo.
Nuestro comportamiento sin embargo, los elogios que damos (o que no damos) y el ambiente que creamos, afectan en qué medida nuestros hijos se desarrollan.
Fomentamos una mentalidad de crecimiento elogiando el esfuerzo de nuestros hijos en lugar de los resultados, por ejemplo calificaciones, premios y logros.
Queremos evitar elogiar rasgos como la inteligencia, la belleza, la delgadez o la condición física, o tratar estas cosas como si fueran permanentes, inmutables, necesarias para el éxito o algo que se puede ganar o perder.
Durante el tratamiento y la recuperación, queremos construir un entorno de crecimiento y expansión en lugar de un pensamiento fijo y binario. En la medida de lo posible, queremos elogiar a nuestros hijos por su esfuerzo, tenacidad y capacidad para resolver problemas y manejar la ansiedad, en lugar de elogiar su apariencia, sus logros y resultados.
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Dicho esto, elogiar comportamientos alimentarios es complicado y peligroso. Si actualmente sientes mucho estrés y ansiedad por cómo come tu hijo, podrías querer evitar elogiar su comportamiento alimentario por el momento, ya que cuanto más estrés sientas, más probable es que refuerces accidentalmente una mentalidad fija que detone o mantenga un Trastorno Alimentario.
Es comprensible que nuestras propias ansiedades e historia con la comida puedan influir en cómo alimentamos a nuestros hijos. No es culpa nuestra que los problemas con la comida sean tan complicados, pero si es útil y muy necesario estar conscientes de nuestras propias creencias y actitudes.
La mentalidad de crecimiento es tanto útil como extremadamente delicada en torno a la comida y la apariencia, así que, te recomendamos que te autoanalices al respecto y realices los cambios necesarios para no reforzar conductas que pondrían en peligro el bienestar de tu hijo.
Si necesitas ayuda o información contacta a Asociación Estima, una organización sin fines de lucro, dedicada a prevenir la incidencia y orientar para el tratamiento y recuperación de los Trastornos de la Conducta Alimentaria.
Contáctalos al número 7930-2452, en redes sociales o a los correos electrónicos: comunicacionesestima@gmail.com asocestima@gmail.com.