En El Salvador el índice de alcoholismo es muy alto, es bastante común observar en cualquier día de la semana o en un finde completo aquellas parrandas en donde sobran las cervezas y alcohol.
Todos los excesos son malos, así que se si te gusta beber alcohol muy seguido debes saber que tu organismo se verá afectado con el tiempo. Pasan los años y la situación puede empeorar y llevarte hasta la muerte.
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Acá te presentamos solo algunas de las secuelas que sufre tu físico si le metes mucho alcohol. ¡Ojo! cabe destacar que acá no incluimos las secuelas a tu salud mental.
Arañas vasculares
Son signo de fragilidad de los vasos capilares (estos actúan como puentes entre las arterias).
Huesos
Antes se creía que los alcohólicos tenían más fracturas porque se caían con mayor frecuencia; y hoy los investigadores han demostrado que las mismas caídas que no causan daños a los abstemios provocan que a los alcohólicos hasta se les rompan los huesos.
Hígado
La cirrosis, que es una degeneración del tejido sano del hígado, es ocho veces más frecuente entre los alcohólicos que entre los abstemios.
Páncreas
La ingesta excesiva de alcohol causa inflamación del páncreas. Una vez inflamado, es posible que nunca se recupere sino que continúe degenerándose cada vez más. En las formas más agudas se producen hemorragias en el páncreas, lo que finalmente produce la muerte.
Intestino delgado
El alcohol impide la absorción de diversas sustancias útiles e indispensables para el buen funcionamiento del organismo, tales como la tiamina, ácido fólico, grasa, vitaminas y aminoácidos.
Glándulas sexuales
El alcoholismo produce envejecimiento prematuro (senilidad), incluyendo mal funcionamiento y degeneración de las glándulas sexuales.
Infecciones
El alcohol disminuye la resistencia del cuerpo a las enfermedades infecciosas al limitar drásticamente la producción de glóbulos rojos (anemia) y glóbulos blancos.
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Edemas
A consecuencia de los trastornos circulatorios provocados por el alcohol, así como la disminución de las proteínas en la sangre, se produce una hinchazón de pies y tobillos por acumulación de líquidos.
Corazón
El alcohol tiene un efecto tóxico en el corazón hasta el punto de causar daño irreparable al músculo cardiaco.
Esófago
El alcohol produce irritación e inflamación de este órgano. Puede llegar a provocar un carcinoma cuando se le une la acción del tabaco. También propicia la aparición de várices esofágicas como consecuencia de la hipertensión en el
sistema circulatorio abdominal (sistema porta).
Estómago
La gastritis, tanto aguda como crónica, acompañada frecuentemente de hemorragia, es una de las lesiones más típicas del alcohol. Además, favorece la formación de úlcera péptica.
Bazo
En relación con la cirrosis hepática se manifiesta un aumento del volumen y la actividad de ese órgano.
Circulación colateral
La cirrosis hepática dificulta la circulación de la sangre en el abdomen (sistema porta). La sangre trata de superar el obstáculo que supone el hígado cirrótico, formando várices en la pared del vientre.
Ascitis
Es acumulación de líquido seroso en el abdomen como resultado de la cirrosis hepática.
Manos y pies
El alcohol causa polineuritos, o inflamación de los nervios, como resultado de la deficiencia vitamínica. Este es un mal que todos los alcohólicos sufren. La polineuritis provoca sensaciones parecidas a quemaduras y punzadas en las manos y en los pies.
Hematomas
El consumo habitual de bebidas alcohólicas origina a las hemorragias por fragilidad de los vasos capilares y por disminución de plaquetas.