Los padres de un niño adoptado frecuentemente dudan si deben decírselo a su hijo, y cómo y cuando deben de hacerlo. También desean saber si existen problemas especiales para su hijo.
Es recomendable que sean los padres los que le informen al niño acerca de la adopción. Muchos expertos opinan que se le debe de informar al niño cuando es pequeño. Este enfoque le da al niño, a una temprana edad, la oportunidad de poder aceptar la idea e integrarse al concepto de haber sido “adoptado”. Otros expertos creen que hacerle esta revelación al niño a una edad muy temprana puede confundirlo, ya que éste no puede entender el evento. Ellos recomiendan que se espere hasta que el niño sea mayor. En lo particular soy más partidaria de la primera opción, siempre que el niño tenga suficiente capacidad para entenderlo.
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En cualquier caso, los niños deben de enterarse de su adopción de boca de sus padres adoptivos. Esto ayuda a que el mensaje de la adopción sea positivo y permite que el niño confíe en sus padres. Si el niño se entera de la adopción de boca de otra persona que no sean sus padres, puede sentir ira y desconfianza hacia ellos y puede ver la adopción como mala y vergonzosa, ya que se mantuvo en secreto.
Los niños adoptados querrán hablar de su adopción y los padres deben de estimularlo. Los niños reaccionan de manera diferente al enterarse de que son adoptados. Sus emociones y reacciones dependen de su edad y de su nivel de madurez. El niño puede negarse a aceptarlo y puede crear fantasías acerca de la adopción. Frecuentemente los niños adoptados se aferran a la creencia de que lo dieron por que eran malos, o pueden creer que fueron secuestrados. Si los padres hablan con franqueza y naturalidad a cerca de la adopción y la presentan de manera positiva, es menos probable que se desarrollen estas preocupaciones.
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Todos los adolescentes pasan por una etapa de lucha por su identidad, preguntándose a sí mismos cómo encajan ellos con su familia, con sus compañeros y con el resto del mundo. Es razonable que el adolescente adoptado tenga ciertas dificultades de identidad, y un marcado interés en sus padres naturales, queriendo incluso conocerlos; y no quiere ello decir que se esté rechazando a los padres adoptivos.
El niño o adolescente adoptado puede desarrollar problemas emocionales y de comportamiento, pero en gran medida estos problemas pueden ser el resultado de una forma inadecuada de manejar la comunicación con él sobre su adopción; por ello es recomendable, tanto cuando se le dice la verdad, como en la adolescencia, ser asesorado por un especialista.