Si a cada rato padeces de diarrea, dolor de estómago, sangre o moco en las heces, náuseas y vómitos, flatulencias, fiebre, pérdida de peso, rechineo de dientes y picazón en el ano debes tener mucho cuidado, ya que es probable que tengas parásitos intestinales. Antes estas señales debes estar atento y ponerle un alto a esta situación.
Dentro de las Enfermedades Transmitidas por Alimentos (ETA) se encuentran aquellos padecimientos causados por parásitos, organismos que pueden transmitirse al comer alimentos o beber agua contaminados, al tener contacto con animales infectados y, en algunos casos, a través del contacto de persona a persona.
Los parásitos pueden causarte muchísimos problemas de salud, desde males gastrointestinales hasta infecciones graves que pueden, incluso, causar hasta la muerte.
La mayoría de estas infecciones las puedes prevenir si tomas ciertas medidas, como cocinar adecuadamente los alimentos, lavarse las manos con frecuencia, desinfectar las frutas y verduras antes de consumirlas y evitar beber agua sin tratar. Además, es importante que te asegures de que los alimentos se almacenen adecuadamente y se mantengan a temperaturas correctas para prevenir su contaminación.
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Existen algunos parásitos que pueden contaminar la comida que te llevas a la boca y causarte enfermedades; estos microbios producen quistes o huevos que después cuestan mucho eliminarlos. Los quistes pueden permanecer en el medio ambiente por períodos de tiempo prolongados y seguir viviendo para causar enfermedades.
Es importante que recuerdes que solo a través de exámenes de heces se puede confirmar la presencia de parásitos intestinales identificando los gusanos o los huevos.
A continuación, te compartimos algunos datos importantes sobre los parásitos, las mediadas higiénicas para prevenirlos y los medicamentes que debes usar cuando hay una infección de este tipo.
Las incómodas “lombrices”
Uno de los parásitos más comunes son los oxiuros, que son una especie de lombriz que pueden vivir en los intestinos y en el recto. Cuando una persona se traga sus huevos, estos se abren dentro de los intestinos, después, mientras las gente duerme, los oxiuros hembras salen de los intestinos a través del ano y ponen sus huevos en la piel que lo rodea. Cuando la persona infectada toca su ano, los huevos quedan pegados a las puntas de sus dedos. Así, pueden propagar los huevos a través de sus manos, ropa contaminada, comida y otros artículos. Los huevos pueden sobrevivir por dos semanas en las superficies de la casa. Los oxiuros se propagan rápidamente.
La temible giardia
Otro parásito intestinal común es la giarida, que se contrae por el agua contaminada. Aquellas personas que consumen agua que no ha sido tratada tienen un mayor riesgo de contraer la enfermedad. Los niños suelen ser los principales afectados.
¡Cuidado con tus niños!
Los niños y las personas con sistemas inmunológicos débiles son más propensos a padecer infecciones parasitarias y deben tratarse de manera rápida.
¡Ojo con el aseo!
Para evitar los parásitos intestinales, sobre todos los oxiuros te recomendamos lo siguiente: báñate al levantarte, lava seguido las sábanas, lávate las manos con frecuencia, sobre todo después de usar el baño o de cambiar pañales; cámbiate la ropa interior todos los días, evita morderte las uñas y no te rasques la zona anal.
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Desparasítate
Aunque tomes las precauciones necesarias, es probable que no estés libre de parásitos, sobre todo si tienes la costumbre de comer o comprar comida en ventas de la calle, por lo que se te recomienda tomar desparasitantes regularmente.
Los desparasitantes son medicamentos seguros y efectivos que eliminan esos “animales” de tu cuerpo. Estos fármacos se utilizan tanto para prevenir como para tratar infecciones, además de que te ayudan a bajar el riesgo de complicaciones graves de salud, como anemia, malnutrición y enfermedades intestinales crónicas. Estos desparasitantes deben ser recetados por un doctor.
No te automediques
Te recomendamos desparasitarse cada seis meses como medida preventiva. Las pastillas o líquidos solo deben ser indicados por profesionales de la salud, ya que sus dosis dependen de la edad y del perfil clínico del individuo. No te automediques.