Quien ha padecido esta enfermedad, sabe bien que se trata de un problema de salud que puede llegar a ser muy doloroso y que puede tardar mucho en curarse. Se ha descrito, incluso, como posible efecto de la vacuna contra el COVID-19.
De acuerdo con el National Institute of Neurological Disorders and Stroke, el herpes zóster, conocido popularmente como culebrilla, es una erupción cutánea causada por el virus varicella-zoster (el mismo que provoca varicela), el cual pertenece a la familia del virus del herpes.
El virus afecta a un nervio sensitivo y se caracteriza por la aparición de dolor intenso, seguido de una erupción cutánea, típicamente vesículas en línea, que evolucionan a costras y se extienden a lo largo del trayecto de dicho nervio. Es por esto que vulgarmente se conoce como culebrina o culebrilla.
"La localización más frecuente es en el tórax y suele darse solo en un lado del cuerpo. Se estima que hasta el 50% de las personas con más de 80 años lo han padecido en algún momento de su vida", detalla el referido instituto.
Te puede interesar: ¿Es bueno o dañino para la salud «tronarse» los dedos?
Entre los principales síntomas de la enfermedad, se encuentran: dolor, ardor, entumecimiento u hormigueo; sensibilidad al tacto; sarpullido rojo, el cual aparece unos días después del dolor; ampollas llenas de líquido que se abren y forman costras; picazón; fiebre; dolor de cabeza; sensibilidad a la luz y fatiga.
Por su parte, Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos aseguran que, a una de cada tres personas le dará culebrilla; aunque puede ocurrirle a cualquier persona, en la vejez aumenta el riesgo de desarrollarla.
¿Cómo se contagia?
Debido a que se trata del mismo virus de la varicela, una vez pasada, el virus queda inactivo pero latente en los ganglios del sistema nervioso. Años más tarde, el virus puede reactivarse y producir entonces la culebrilla.
Según Clínica Mayo, el herpes zóster se puede activar por el debilitamiento del sistema inmune, ya sea por alguna enfermedad, fatiga, cansancio extremo, estrés o ansiedad.
En la mayoría de los casos la culebrilla no es contagiosa, pero quien la tenga puede transmitir el virus por contacto a otra persona cuando está en la fase de ampollas, bien porque no esté vacunada o porque no haya tenido la varicela.
En este sentido, es importante destacar que no se puede contraer el herpes de alguien que lo padece, pero sí se puede contraer varicela; por lo que, es fundamental mantener la erupción cubierta. Generalmente, la afección puede durar de 3 a 5 semanas y quienes la contraen pueden repetirla más de una vez.
Lee además: ¿Juanetes? Cuatro métodos caseros para eliminarlos
"Las vesículas contienen líquido, en el que encontramos el virus varicela-zoster. Al romperse, pueden contagiarse por contacto a otra persona de varicela, bien porque no esté vacunada o porque no haya pasado la enfermedad", añade el sitio especializado.
En caso de presentar los síntomas, es importante acudir a un centro médico para recibir el tratamiento adecuado. El profesional de salud puede recetar medicamentos antivirales para combatir la afección, el cual ayuda a aliviar el dolor y prevenir complicaciones.
“Los medicamentos son más efectivos cuando se inician dentro de las 72 horas después de sentir por primera vez el dolor o el ardor. Es mejor empezar a tomarlos antes de que aparezcan las ampollas. Por lo general, los medicamentos se suministran en forma de pastillas. Es posible que algunas personas necesiten que se les administre el medicamento por vía intravenosa”, señala Medline Plus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.