La fibrilación auricular “es una anomalía en la cual aparecen múltiples focos de señales eléctricas desorganizadas que se originan de zonas de cicatriz —en el corazón— y mandan impulsos eléctricos de forma caótica y producen un ritmo en el corazón que es completamente irregular”, aclaró el cardiólogo colombiano, Efraín Gómez López.
Así funciona el corazón
Las cavidades superiores del corazón se llaman aurículas y las otras dos cámaras inferiores se llaman ventrículos. La conexión entre aurículas y ventrículos se da gracias a las válvulas y lo mismo ocurre entre ventrículos y vasos sanguíneos.
Las primeras válvulas se conocen como válvula mitral y conducen la sangre hacia los pulmones para su oxigenación y la válvula aorta o aórtica que comunica el corazón con el sistema circulatorio.
Ahora, para que el corazón funcione a un ritmo normal existe una señal eléctrica que parte desde “el Nodo sinusal, pasa al Nodo AB que transmite la fuerza eléctrica al corazón y después viene la contracción del corazón para producir el bombeo”, señaló Gómez López.
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¿Qué causa las cicatrices en el corazón?
Uno de los principales factores de riesgo para desarrollar la afección cardíaca de fibrilación auricular es la edad. Según el doctor Efraín Gómez, “una de cada tres personas mayores de 55 años desarrollará fibrilación auricular”.
Mediante la población de riesgo avanza en edad, la incidencia de la enfermedad aumenta y persiste como una condición muy frecuente.
Las condicionantes que provocan la formación de cicatrices en las aurículas del corazón incluyen: la edad, una segunda causa es padecer de hipertensión arterial, vivir con diabetes mellitus es otra condicionante.
Otros posibles detonadores son la obesidad, apnea del sueño (respiración anormal durante el sueño), la genética y enfermedades cardiovasculares o coronarias e insuficiencia cardíaca.
El consumo excesivo de alcohol y de drogas ilícitas también son factores importantes para llegar a desarrollar cicatrices en el tejido auricular que pueden generar desorden en el ritmo normal de estímulos eléctricos que causan las contracciones que hacen funcionar al corazón.
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“Puede producir insuficiencia cardíaca, el ahogo; el paciente se llena de agua. Se genera mucha asfixia y se llena de agua todo el organismo”.
Doctor efraín Gómez López,
sobre el peligro de ingnorar la fibrilación auricular.
Las señales que debes identificar
En cuanto a los síntomas, la fibrilación auricular es un “asesino encubierto”, pues “el 80% de las personas con fibrilación auricular no presentan síntomas”, advirtió el médico cardiólogo.
La arritmia causada por la fibrilación o cicatrices en el corazón suele pasar desapercibida y si se presenta no se acostumbra asistir a consultas y revisiones médicas hasta que los síntomas exponen la enfermedad con un ataque cerebrovascular que se traduce en un derrame cerebral.
Sin embargo, las señales más claras que podrían llevar a un cardiólogo especialista al diagnóstico de fibrilación auricular solo son percibidas en el 20 % de los casos reales de la enfermedad.
En ellas, las personas presentan “palpitaciones” y disnea —término médico para asfixia—, dolor en el tórax y mareo ocasionado por un ritmo cardíaco elevado que reduce el acceso de la sangre hacia el cerebro.
Consecuencias de la formación de coágulos
La formación de coágulos o trombos ocurre en la aurícula izquierda, según afirmó el doctor Gómez. Estos pueden dirigirse hacia el cerebro obstruyendo la arteria cerebral.
Tal circunstancia provoca el temido infarto cerebral que derivaría en otras condiciones fisiológicas externas que suelen ser permanentes, como la inoperancia parcial del cuerpo, por lo general, un lado completo con sus extremidades superiores e inferiores inmovilizadas.
En otros casos, se observa torcedura facial prolongada. También, es muy posible que quién padece de fibrilación auricular, mediante la continua aceleración del ritmo cardíaco, desarrolle dilatación del corazón, algo más notorio en los ventrículos.
“Como consecuencia, puede producir insuficiencia cardíaca, el ahogo; el paciente se llena de agua. Se genera mucha asfixia y se llena de agua todo el organismo, incluso los pulmones”, agregó el médico colombiano con más de 15 años como referente en cardiología en Suramérica y actual encargado académico de la Sociedad Colombiana de Cardiología y Cirugía Cardiovascular, de la que también es expresidente.
Soluciones médicas disponibles
La medicina propone dos tipos de tratamientos para aliviar los síntomas originados por la formación de cicatrices en el corazón. Una de ellas es la ablación, un procedimiento mediante catéteres que queman el tejido cicatrizado sin garantía de que no aparezcan nuevas cicatrices en el tejido.
Como tratamiento alterno, existe el uso de medicamentos anticoagulantes que impiden la formación de trombos que terminan ocasionando un ataque cerebral.
Con este contexto, el doctor David Rodríguez García, cardiólogo clínico y gerente de medicina cardiovascular y metabolismo de Asofarma, una empresa con más de 30 años en el mercado latinoamericano, anunció una novedad en cuanto a medicamentos anticoagulantes y bioequivalentes que se puede adquirir en El Salvador y otros países de la región.
El Rivaroxabán, un medicamento ya disponible a nivel mundial desde hace más de 10 años, actúa en la llamada cascada de coagulación que es la cadena de factores que forman el coágulo o trombo.
El Rivaroxabán se convierte en una opción de mayor accesibilidad con una excelente relación precio / efectividad que actúa aislando el factor coagulante “Xa” o “Diez A”. El medicamento dificulta así la formación de coágulos.
Tras su aplicación, el cuerpo humano elimina la dosis concentrada en la sangre en tiempos similares, en horas, que los medicamentos de referencia que cumplen estándares internacionales de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) y los métodos de análisis utilizados por Cofepris de México (Comisión Federal para la Protección General contra Riesgos Sanitarios) y la Administración de Drogas y Alimentos (FDA), de Estados Unidos de América.
Según Rodríguez García, las personas suelen asustarse cuando se les indica que deben seguir un tratamiento con medicamentos anticoagulantes porque, especialmente, si viven con síntomas de diabetes, suelen pensar que corren un alto riesgo de desangrar si sufren una herida superficial; ya que no se formarían los coágulos en el torrente sanguíneo que son parte de la reacción del cuerpo humano para sanar las heridas y dan paso a la cicatrización en la piel.