Una de la enfermedades más temidas, especialmente por las mujeres, es la toxoplasmosis, una infección causada por un parásito llamado Toxoplasma gondii.
Según Clínica Mayo, con frecuencia las personas contraen esta infección por comer carne poco cocida o por el contacto con heces de gato.
Según dicha entidad especialista en temas de salud, el Toxoplasma gondii es un parásito que puede infectar a la mayoría de los animales y las aves. Solo puede llevar a cabo el ciclo completo de reproducción en gatos domésticos y salvajes. Estos son los principales huéspedes del parásito.
“Los huevos inmaduros, una etapa intermedia de la reproducción, pueden encontrarse en las heces de los gatos. Este huevo inmaduro le permite al parásito avanzar en la cadena alimentaria. Puede pasar del suelo y el agua a las plantas, los animales y los seres humanos”, informa Clínica Mayo. “Una vez que el parásito tiene un nuevo huésped, el ciclo de reproducción continúa y se produce una infección”, agrega.
La mayoría de las personas infectadas con este parásito no presenta síntomas. Algunas tienen signos similares a los de la gripe, como fiebre, hinchazón de los ganglios linfáticos que puede durar semanas, dolores de cabeza y musculares y sarpullido en la piel.
Clínica Mayo reitera que la forma grave de la toxoplasmosis afecta con más frecuencia a bebés y a personas con sistemas inmunitarios debilitados.
Los parásitos Toxoplasma también pueden infectar tejidos en el interior del ojo. Esto puede ocurrir en personas con el sistema inmunitario sano, pero la enfermedad es más grave en personas con el sistema inmunitario debilitado.
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En estos casos la infección en el ojo se le denomina toxoplasmosis ocular. Entre los síntomas que pueden manifestarse se encuentran dolor de ojos, poca visión y cuerpos flotantes, es decir, manchas que parecen flotar en la visión. Si la enfermedad ocular no se trata, puede causar pérdida de la visión.
Las personas con sistemas inmunitarios debilitados tienen más probabilidades de contraer enfermedades más graves debido a esta afección. Una infección por toxoplasmosis previa puede volver a activarse. Entre las personas en riesgo, se incluyen aquellas con VIH/SIDA, las que reciben tratamiento contra el cáncer y las que tienen un órgano trasplantado.
Asimismo, puede causar enfermedades pulmonares o cerebrales graves en personas con inmunidad debilitada. En raras ocasiones, la infección puede presentarse en otros tejidos de todo el cuerpo.
“La toxoplasmosis puede causar inflamación del cerebro, también llamada encefalitis. Entre los síntomas se pueden incluir confusión, mala coordinación, debilidad muscular, convulsiones y cambios en el estado de alerta”, externa Clínica Mayo.
Peligro para embarazadas
“La toxoplasmosis durante el embarazo puede provocar un aborto espontáneo y defectos congénitos. Durante un embarazo, la madre puede transmitirla al feto, lo que se conoce como toxoplasmosis congénita”, acota Clínica Mayo.
Si la infección se produce durante el primer trimestre de embarazo, la enfermedad suele ser más grave. Puede provocar un aborto espontáneo. En algunos bebés con la infección, se puede presentar un cuadro grave de la enfermedad en el momento del nacimiento o en la primera infancia. Entre los problemas médicos más frecuentes en recién nacidos destacan: exceso de líquido dentro o alrededor del cerebro, lo que se conoce como hidrocefalia; infecciones oculares graves, irregularidades en los tejidos del cerebro y agrandamiento del hígado o del bazo.
Según la entidad médica, los síntomas de un cuadro grave de la enfermedad en la primera infancia varían. Entre los posibles síntomas se encuentran problemas con habilidades mentales o motrices, ceguera u otros problemas de la visión, problemas de audición, convulsiones, enfermedades cardíacas, color amarillento de la piel y la parte blanca de los ojos, lo que se conoce como ictericia, y sarpullido
“La mayoría de los bebés con toxoplasmosis no muestran síntomas, pero estos pueden aparecer problemas más tarde en la infancia o en la adolescencia. Estos son algunos: reaparición de infecciones oculares, problemas en el desarrollo de habilidades motrices, problemas de razonamiento y aprendizaje, pérdida auditiva, retraso en el crecimiento y pubertad precoz”, expresa Clínica Mayo.
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Si gozas de buena salud, el sistema inmunitario mantiene los parásitos bajo control. Se quedan en el cuerpo, pero no están activos. Esto suele proporcionar inmunidad de por vida. Si vuelves a exponerte al parásito, el sistema inmunitario lo podría eliminar.
Si el sistema inmunitario se debilita más adelante, la reproducción de los parásitos puede volver a empezar. Esto provoca una nueva infección activa que puede derivar en una enfermedad grave y en complicaciones.
El diagnóstico de la toxoplasmosis se basa en análisis de sangre. Las pruebas de laboratorio pueden detectar dos tipos de anticuerpos.
La infección se trata con medicamentos; la duración del tratamiento dependen de diferentes factores, por ejemplo, la gravedad de la enfermedad, la salud del sistema inmunitario y la ubicación de la infección.
El proveedor de atención médica puede indicar una combinación de medicamentos con receta médica.
Vías de transmisión
Las personas suelen contraer una infección por toxoplasma a través de una de las siguientes vías:
Heces de gato que contienen el parásito. Los gatos que cazan o que se alimentan con carne cruda tienen más probabilidades de ser portadores del parásito toxoplasma. Puedes infectarte si te tocas la boca después de tocar algo que haya estado en contacto con heces de gato. Puede ocurrir al trabajar en el jardín o limpiar una caja de arena.
Agua o alimentos contaminados. Las carnes poco cocidas de res, cerdo, venado, pollo y marisco son portadoras conocidas del parásito. La leche de cabra no pasteurizada y el agua potable no tratada también pueden ser portadoras.
Frutas y verduras sin lavar. La superficie de las frutas y verduras puede tener el parásito.
Utensilios de cocina contaminados. Los parásitos pueden estar en tablas de cortar, cuchillos y otros utensilios que entran en contacto con carne cruda o frutas y verduras sin lavar.
Trasplante de un órgano infectado o transfusión de sangre infectada. En raras ocasiones, los parásitos toxoplasma se trasmiten a través de un trasplante de órgano o una transfusión de sangre.