Si te pica la piel, tienes alergia, erupciones de ronchas o pasas estornudando a cada rato, probablemente se trate de ácaros y no te has dado cuenta. Ponle ojo desde ya a tu casa y al polvo acumulado en las habitaciones.
Los ácaros son artrópodos arácnidos de tamaño inferior al medio milímetro, pero pueden llegar a alcanzar los tres centímetros. Estos viven en el polvo doméstico y se alimentan de materia orgánica con alto contenido proteico como las células muertas de la piel humana o los restos de alimentos.
Las heces de estos arácnidos contienen los alérgenos, la sustancia responsable de las reacciones alérgicas en las personas.
Estos suelen vivir en colchones, almohadas, mantas o edredones que no suelen lavarse con frecuencia. Esto explica por qué durante las noches los síntomas de la alergia son más persistentes y molestos.
Según el sitio Mayoclinic.org, los afectados presentan síntomas como “la fiebre del heno, estornudos y goteo de la nariz. Muchas personas con alergia a los ácaros del polvo también presentan signos de asma, como sibilancia y dificultad para respirar”.
En el hogar, los ácaros suelen abundar cuando no se hace una limpieza profunda en cuartos, paredes, estantes, camas y lugares pocos concurridos.
Por ser tan diminutos no se ven a simple vista; pero, probablemente, ya habitan en tu hogar, en la ropa de cama, alfombras, almohadas y colchones.
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Así que es momento que actúes para eliminarlos desde la raíz, y cuidar la salud de toda tu familia.
Un dato interesante es que los ácaros del polvo son parientes de las garrapatas y las arañas, y suelen reproducirse en ambientes cálidos y húmedos, así como oscuros y poco ventilados.
Pero, no te preocupés. En este artículo te brindamos algunos consejos, recomendaciones y trucos para eliminarlos. El sitio web www.sanitas.es comparte lo que debes hacer para deshacerte de esos molestos insectos.
¿A quiénes afectan?
Según un artículo del sitio www.dormitorum.es, las personas se infectan en los primeros días del ciclo de vida de los ácaros y suelen atacar más a los adultos de mediana y avanzada edad que a los niños, debido a que la producción de sebo de los infantes es menor.
Elimina la humedad
Debes saber que los ambientes húmedos favorecen la proliferación de ácaros, por lo que las condiciones de humedad del hogar deben mantenerse por debajo del 50% y una temperatura por debajo del 22°c. El ambiente debe permanecer preferiblemente seco y soleado para evitar la reproducción de los ácaros.
Limpia el polvo
A la hora de limpiar el polvo en los muebles o estantes, procura hacerlo cuidadosamente para no alborotarlo. Lo recomendado es agarrar un trapo húmedo y pasarlo por la superficie. Así evitarás que tanto el polvo como los ácaros se esparzan por el aire y lleguen a otras superficies. Por cierto, no tengas muchos peluches en tu cama, pues estos son los escondites preferidos de ellos.
No a las alfombras
Algunas personas prefieren no tener alfombras y moquetas en sus hogares debido a que estás se prestan para que los ácaros hagan su hogar y se reproduzcan. Pero, si tienes en tu casa algunas de ellas, es recomendable que las limpies correctamente y de forma habitual. Si es necesario lávalas una vez por semana y déjalas en el sol.
Colchón y almohadas
“Es sorprendente la cantidad de ácaros que se acumulan en ellos, ya que la temperatura que el cuerpo humano les confiere favorece su ciclo reproductivo. Conviene saber que en el mercado existen fundas antiácaros que impiden que se concentren en estos elementos de la cama, pero si no se dispone de ellas se recomienda pasar también el aspirador por encima del colchón y las almohadas, siempre con el correspondiente filtro”, detalló el sitio www.Sanitas.es.
Lava todo
No dejes que las cosas se te acumulen. Las sábanas y las fundas de las almohadas cámbialas una vez a la semana por unas limpias y recién lavadas. Si crees que los ácaros ya habitan en tus camas, mete las sábanas, mantas, cubrecamas y las fundas en agua caliente de al menos 54,4 °C para matarlos y eliminar los alérgenos. Si lo haces con agua fría, los ácaros no morirán.
Ventila bien la casa
Diariamente abre puertas y ventanas por al menos una hora, poniendo especialmente énfasis en los dormitorios, ya que los ácaros, comúnmente, habitan en los colchones y almohadas. Al hacer esto, permitirás que el aire se renueve y que los insectos no se reproduzcan.