El título es porque responde genéricamente a un tipo de marketing que cada vez está más en auge, bien sea que le ofrezca incrementar su deseo sexual, o el tamaño del pene, o la frecuencia de sus relaciones; y que tiende a crear cierta distorsión en la percepción de la práctica sexual, proponiéndola como un valor fundamental, más allá de lo que por naturaleza es.
¿Que no es importante la sexualidad? Claro que es importante, pero es fundamentalmente importante como conjunto de características físicas y sobre todo psicológicas que identifican el género de una persona, ante los demás, y sobre todo, ante sí misma, y le inducen un determinado comportamiento personal y social. Sin embargo, el sexo no es más que una manifestación fisiológica de la sexualidad, es decir, una pequeña parte. ¿Y no es importante esa pequeña parte? Bueno, es un instinto natural, y es tan importante como la propia naturaleza dicte y uno quiera asumirla. A fin de cuentas, es el mecanismo que la naturaleza ha diseñado para la supervivencia de la especie.
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¿Y qué dicta la naturaleza? Pues todos saben; con algunas excepciones, efervescencia en la adolescencia, intensidad en la juventud, declive en la madurez, y jubilación en la vejez. Y si usted responde a los patrones diseñados por la naturaleza, ¿por qué tanto interés en salirse de ellos y en dejarse convencer de que tiene que comportarse como si estuviera en un capítulo cuando ya pasó al siguiente; más aún si el anterior ya lo leyó detenidamente? ¿Es usted de los que dice que nadie le tiene que decir lo que debe hacer, pero luego una joven por televisión, con dos buenos argumentos le dice el licor que tiene que beber, y el siguiente mensaje le enseña también la píldora para conseguir una joven como esa? (¡Lástima que las instrucciones de la píldora le digan que no debe consumir el licor!).
Sí, ya sé, el sexo no es solo mecanismo de reproducción, sino también herramienta de placer, y la gran capacidad del ser humano ha conseguido aprovechar esa ventaja sin tener que preocuparse del tema reproductivo (así como a la inversa). Y ha conseguido también dar solución a disfunciones sexuales. ¿Y eso está mal? No, al contrario, está genial. Lo que me inquieta un poco es que esa capacidad del ser humano trata de alterar cada vez más y más los ciclos naturales, frecuentemente estimulada más por el beneficio económico abundante y seguro que por una conciencia clara de que no se está haciendo daño colateral.
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Pero lo que más me preocupa es la capacidad de persuasión que tiene el marketing (claro, de eso se trata) y la grave inseguridad que tienen infinidad de personas, particularmente con relación al sexo, que las hace presas fáciles, al punto de obsesionarse enfermizamente por algo que es completamente natural. Si ya está en la madurez y siente que eso del sexo ya no es como antes, esté tranquilo, es lo natural. Habrá quien le recomiende tomar píldoras de esas y buscar una pareja más joven. Yo lo que le recomiendo es que no se obsesione, acepte lo natural, y conserve a su pareja de siempre, que le entiende perfectamente, porque declina al mismo ritmo que usted, y se enfoque más en lo sensual que en lo sexual. Aunque no lo crea, lo disfrutará tanto o más, y tendrá una vida más estable.