La blefaritis es una afección ocular común caracterizada por la inflamación del borde de los párpados, en especial la base de las pestañas. Puede ser crónica o aguda y afectar a personas de todas las edades. Aunque no suele ser grave, puede causar molestias persistentes y estar relacionada con otras afecciones oculares.
"La blefaritis es una afección ocular común que hace que los párpados se enrojezcan, se inflamen, se irriten y piquen. Puede causar costras en las pestañas parecidas a la caspa", sostuvo en su sitio web el Instituto Nacional del Ojo (NEI, por sus siglas en inglés), de los Estados Unidos.
Esta inflamación puede estar relacionada con infecciones bacterianas, alteraciones en las glándulas sebáceas o condiciones cutáneas como la dermatitis seborreica o la rosácea.
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Según NEI, esta afección puede clasificarse en dos tipos principales. La primera de ellas es la blefaritis anterior, que afecta la parte externa del párpado, donde se insertan las pestañas. Esta suele estar asociada con infecciones bacterianas o afecciones de la piel.
El segundo tipo es la blefaritis posterior, que involucra la parte interna del párpado, donde están las glándulas de Meibomio, responsables de la producción de una parte esencial de la película lagrimal. La disfunción de estas glándulas es una causa frecuente de este tipo de blefaritis.
La causas son varias
Las fuentes de la blefaritis pueden variar según el tipo y los factores de riesgo individuales. Entre las más comunes se incluye la infección bacteriana.
"Las bacterias que normalmente se encuentran en la piel pueden proliferar excesivamente en el borde de los párpados, causando inflamación e irritación. Las bacterias más implicadas son Staphylococcus aureus y Staphylococcus epidermidis", destacó el NEI.
Otro motivo frecuente es la disfunción de las glándulas de Meibomio, las cuales están situadas en los párpados y producen una secreción lipídica que contribuye a la estabilidad de la película lagrimal. Cuando las glándulas no funcionan correctamente, la grasa se vuelve espesa y obstruye los conductos, lo que favorece la inflamación.
La dermatitis seborreica es otra de las causas de la blefaritis. Esta afección cutánea provoca descamación y enrojecimiento en diversas áreas del cuerpo, incluidos los párpados, lo que puede causar blefaritis seborreica.
Otra causa común es la rosácea ocular, una afección inflamatoria crónica de la piel. En estos casos, los pacientes suelen experimentar enrojecimiento y vasos sanguíneos dilatados en los párpados.
Las reacciones alérgicas a algunos productos cosméticos, polen, ácaros o medicamentos pueden desencadenar inflamación en los párpados. Asimismo, existen ciertos parásitos y ácaros que provocan blefaritis.
Los ácaros Demodex pueden proliferar en la base de las pestañas, causando irritación e inflamación. Esta es una causa común en personas mayores o con sistemas inmunológicos debilitados.
El uso prolongado de lentes de contacto y el maquillaje pueden favorecer la acumulación de bacterias en el borde de los párpados, aumentando el riesgo de blefaritis.
Reacciones visibles
Según Clínica Mayo, los síntomas de la blefaritis pueden variar en intensidad y pueden afectar uno o ambos ojos. Los más frecuentes incluyen: enrojecimiento e inflamación de los párpados, sensación de ardor o escozor en los ojos, sequedad ocular o lagrimeo excesivo, formación de costras en la base de las pestañas, sensación de arenilla o cuerpo extraño en los ojos, sensibilidad a la luz (fotofobia), párpados pegajosos al despertar y pérdida de pestañas o crecimiento irregular.
"Si no se trata adecuadamente, la blefaritis puede derivar en complicaciones como conjuntivitis crónica, queratitis o alteraciones en la calidad de la película lagrimal", reiteró Clínica Mayo.
Varias maneras de diagnosticarla
El diagnóstico de la blefaritis lo realiza un oftalmólogo mediante historia clínica. En este caso el médico preguntará sobre los síntomas, su duración y posibles factores desencadenantes.
El especialista también puede hacer un examen ocular, en el que se usa una lámpara de hendidura, con la cual se observa la apariencia de los párpados, la base de las pestañas y la secreción lagrimal.
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Para el diagnóstico también se suele recurrir a un cultivo bacteriano (opcional): en casos severos o recurrentes, puede ser necesario analizar una muestra de secreción para identificar posibles infecciones bacterianas o presencia de Demodex.
Tratamiento para aliviar y prevenir
Aunque la blefaritis no tiene cura definitiva, su tratamiento puede aliviar varios de los síntomas y prevenir recurrencias.
La higiene de los párpados es esencial para controlar la blefaritis. Una forma de hacerlo es utilizando compresas tibias. Se deben aplicar sobre los párpados durante 5-10 minutos. Esto ayuda a suavizar las secreciones y desbloquear las glándulas de Meibomio.
Otra manera de aplacar la blefaritis es limpiando los párpados con una solución recomendada por el oftalmólogo para eliminar costras y bacterias del borde palpebral.
También es útil usar lubricantes oculares, como lágrimas artificiales, que ayudan a aliviar la sequedad y la irritación ocular.
En algunos casos es necesario un tratamiento antibiótico. Si hay infección bacteriana, el médico puede prescribir ungüentos antibióticos tópicos, antibióticos orales en casos graves o resistentes, antiinflamatorios.
En el caso que se confirme la presencia de ácaros Demodex, se pueden usar toallitas con aceite de árbol de té o ivermectina tópica.
Si experimentas síntomas persistentes, es fundamental acudir al oftalmólogo para recibir un diagnóstico adecuado y evitar complicaciones a largo plazo.
Factores de riesgo de la inflamación
Ciertas condiciones y hábitos pueden aumentar el riesgo de desarrollar blefaritis:
- Edad avanzada: la disfunción de las glándulas de Meibomio es más frecuente en personas mayores.
- Afecciones cutáneas: dermatitis seborreica, rosácea y psoriasis pueden predisponer a la blefaritis.
- Uso prolongado de lentes de contacto: puede favorecer la acumulación de bacterias en los párpados.
- Higiene ocular deficiente: no limpiar adecuadamente los párpados o compartir maquillaje puede aumentar el riesgo de infección.
- Condiciones ambientales: la exposición al polvo, humo y climas secos puede agravar los síntomas.
Prevención de la blefaritis
Para reducir el riesgo de desarrollar blefaritis, se recomienda:
- Mantener una adecuada higiene de los párpados; limpiarlos suavemente.
- Evitar el uso excesivo de maquillaje en los ojos.
- No compartir productos cosméticos o toallas.
- Usar lágrimas artificiales si se sufre de ojo seco.
- Controlar afecciones dermatológicas latentes.