Hace poco más de 10 años, Yayoi Kusama tuvo su primer encuentro creativo con la afamada marca de moda Louis Vuitton (LV), donde pintó a mano un baúl de la casa francesa con sus característicos lunares, los cuales, para la pintora y escultora, de 93 años, representan el infinito.
Este año, Kusama, quien desde 1977 vive recluida en un psiquiátrico de Tokio por propia voluntad, decidió nuevamente unir fuerzas con la afamada firma y ser parte de su reciente colección.
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Esculturas de inmensas calabazas, habitaciones repletas de lunares de colores y salas de espejos infinitos dan vida a bolsos, maletas y pequeña marroquinería a ropa de hombre y mujer, pasando por gafas de sol o perfumes, sin olvidar zapatos y accesorios, prendas emblemáticas del mundo de Louis Vuitton.
El lanzamiento de la colección se celebró con una campaña protagonizada por supermodelos de renombre internacional, un despliegue de modernos anuncios publicitarios, que hicieron eco en las plataformas digitales.
Mediante intervenciones, que exhibieron los lunares, las calabazas y las flores psicodélicas tan característicos de Kusama, envolvieron edificios, monumentos y espacios públicos durante la campaña promocional.
La artista plástica también decoró con sus diseños zapatos, accesorios, relojes y joyas.
Un video que se encuentra disponible en la web de la marca da cuenta de cómo, a través de una innovadora técnica de serigrafía, la empresa reproduce en sus productos las pinceladas de Kusama, que proporciona un efecto 3D sorprendentemente realista como si hubiese sido pintado a mano.
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Kusama es el ejemplo de quien "ha sido capaz de reinventarse a sí misma una y otra vez", afirmó el comisario de la exposición ""Obsesión Infinita", Francis Morris, que dirigió la retrospectiva de la conocida artista japonesa en Brasil en 2013.
La contemporánea de Andy Warhol, nacida en Matsumoto en 1929, encontró su lugar en la vertiginosa Nueva York en los 60' y 70', tras dejar un Japón de normas sociales que le parecían sofocantes.