Así como la salud es primordial para hombres y mujeres, los orgasmos y el derecho al placer sexual también. Sin embargo, el alto porcentaje de mujeres -sobre todo heterosexuales- que afirma no disfrutar de su intimidad a plenitud empujó a una diversidad de estudios que pretenden dar una respuesta a esto y esclarecer de una vez por todas el por qué el orgasmo femenino es tan complejo.
Para responder a ciertas dudas sobre el tema, elsalvador.com abordó vía mail al maestro Óscar Vásquez-Martínez, catedrático de Sexología del Departamento de Psicología y Salud Pública de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) y aquí te compartimos parte de sus respuestas
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¿Qué tipo de acciones o situaciones poco contribuyen a que las mujeres disfruten de sus orgasmos y cuál es la importancia de la autoexploración?
En definitiva, este tema es una cuestión que en el fondo tiene que ver con los derechos de las mujeres a la autogestión de su cuerpo como personas con derechos. ¿Por qué razón? Por que cualquier imposición de prácticas que no sean aceptadas por la mujer, simplemente deriva en una situación de frustración y desconexión automática del goce erótico. Para esto se debe tomar en cuenta que el erotismo de cada persona se construye bajo su identidad integral, creencias y valores sociales. En este punto está ya incluido el pensamiento religioso, la cultura misógina, el machismo y la represión sexual.
En resumen, cualquier práctica erótica impuesta, no consensuada, resulta violenta, y la violencia mata el erotismo y goce, dejando solamente reacciones fisiológicas sin enlaces emocionales placenteros. Entonces, la importancia de la autoexploración radica en el autoconocimiento del cuerpo y sus procesos, ligados en este caso a la sensación del goce sexual y placentero, para identificar las prácticas y formas de provocar sensaciones placenteras y poderlas comunicar en la interacción erótica con las y los demás. Eso sí, cada quién, en la adultez, se debe responsabilizar de sus creencias y costumbres. Y obvio desterrar la violencia del erotismo.
¿Por qué es tan complejo que las mujeres puedan llegar a experimentar orgasmos vaginales?, ¿el Punto G es un mito?
No debería ser complejo experimentar orgasmos. Sin embargo, se ha recubierto la experiencia orgásmica de una serie de mitos y pedidos que estigmatizan al orgasmo en una especie de redención sensual de éxtasis desbordante... Cuando toda experiencia orgásmica es personal, y en expresión e intensidad se corresponden a las diferencias particulares corporales y psicosociales. Ahora bien, si nos referimos exclusivamente a orgasmos producidos por la penetración, la mayoría de los casos de frustración son por una mala técnica del ejercicio de la respuesta sexual humana.
Una mujer, para poder llegar a un nivel óptimo sensorial, hablando desde lo anatómico, debe tener la oportunidad de vivir sus fases de deseo y excitación de una forma cómoda y progresiva, con un ritmo adecuado a sus necesidades (no hay una “velocidad estándar”), donde la cantidad de presión en las caricias y la suavidad del tacto deben de provocar un avance progresivo en la relación erótica (de ahí otro argumento para explorarse, hay que conocer cómo y qué ritmo le place). Cuando una mujer llega a la fase de Meseta, comienza un proceso de preparación corporal llamado plataforma pre orgásmica, que es un momento previo al orgasmo femenino.
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En este momento, la estructura clitoridiana llega a su máxima expresión y contribuye a la sensación placentera al hincharse y abrazar con fuerza la zona del primer tercio proximal de la vagina y aumentar la sensación placentera a la hora de penetrar. Es aquí donde entra el famoso Punto G (según la la sexóloga Beverley Whipple, debe encontrarse en el interior de la vagina a unos 3 a 5 centímetros del introito vaginal).
¿Qué tan grande es el área clitoridiana?, ¿solo estimulando el clítoris se puede tener un orgasmo?
En la escuela y prácticamente en la vida, nos enseñan que el clítoris es únicamente esa parte redonda pequeña y carnosa que se asoma entre el capuchón que corona los labios menores cuando una mujer se excita.
En realidad, la estructura del clítoris es mucho más extensa pero es como un iceberg, la gran mayoría está en el interior del cuerpo. En realidad, el clítoris tiene forma de una especie de piscucha de alas tipo mariposa, donde el glande del clítoris está recubierto por los pliegues finales de los labios menores, formando un capuchón homólogo al prepucio masculino (recordar que las estructuras anatómicas gonadales y genitales en los seres humanos parten de una misma estructura, un bulbo genital que se desarrolla según la genética de las personas y que cada una de sus partes evoluciona según la hormonización del feto, por ello se habla de estructuras homólogas). Toda la estructura conectada al glande clitoridiano está conformada por cuerpos cavernosos que se hinchan por dentro y hacia atrás del pubis, donde continúan hacia abajo por los bulbos vestibulares que rodean por dentro al tracto vaginal en su segmento de músculo estriado, que es el primer tercio próximal, ( o sea del introito vaginal hacia adentro). Estos bulbos y el resto de la estructura son los que proporcionan la inervación suficiente para que la sensación sea plena y se facilite el orgasmo.
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Aquí la gran polémica: si estas zonas clitoridianas rodean la parte sensible de la vagina… entonces, ¿el que no existe es el orgasmo vaginal? Muchas sexólogas y terapeutas feministas afirman que no existe el orgasmo vaginal, sino que eso que llamamos orgasmo vaginal no es otra cosa que un orgasmo logrado por la excitación de otras zonas del clítoris, que solamente son posibles estimular con la penetración y obviamente también estimulando la zona o Punto G. Así que el clítoris es un iceberg pero solamente nos empeñamos en pensar que solo es su parte visible la que importa.
¿De qué manera pueden afectar a la satisfacción sexual femenina los complejos y los convencionalismos sociales?
Los complejos y los convencionalismos pueden esconder detrás de ellos una compulsión controladora de las personas y por lo tanto represiones a la libertad de las mismas. Aquí hay muchas explicaciones que son un poco complejas de explicar en un espacio pequeño, sin embargo, sí podemos afirmar que la represión sexual está conformada por dichos convencionalismos y complejos que son sostenidos por narrativas ideológicas religiosas y políticas, que requieren de un control de la sociedad y reducir la sexualidad humana a la reproducción exclusivamente.
Como una solución a nivel individual, lo importante es responsabilizarse de sus pensamientos al respecto. La congruencia personal siempre es una buena guía, debemos ser congruentes con nuestras convicciones personales desde nuestros pensamientos, nuestras necesidades y deseos y por último, con nuestras acciones. Si considero malo, perverso, pecaminoso, etc. ejercer alguna práctica sexual, debo ser congruente conmigo mismo. Esto implica respetarme y por lo tanto respetar a los demás en sus ideas y prácticas, lo que es válido para mí no siempre debe ser válido para los demás, sobre todo en la erótica de cada quién. Si mi necesidad, salud, paz mental o cualquier forma de realización personal, implica cambios y conocimientos, entonces puedo acceder a ellos, hacia cualquier sentido, siempre y cuando no violente el derecho de nadie más, desde agredir o reprimir. Los derechos de uno hacen frontera con los derechos de los demás.
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Qué recomendaciones daría a las mujeres para poder disfrutar a plenitud de sus orgasmos.
Primero, que no sean esclavas del orgasmo. Se puede decir que el placer erótico es como la felicidad. Se debe aprender a ser feliz consigo misma/o y comprender que la interacción con los demás es complemento de dicha felicidad, esto quiere decir que debo aprender a ser feliz conmigo ya que no puedo depositar mi felicidad en los demás, ellos solo la complementan, en otras palabras, debo responsabilizarme de mi placer sexual y por lo tanto de mis orgasmos…
Segundo, autoexplorarse para conocer el ritmo y medida de cada quién. La autoexploración siempre va acompañada de las fronteras y límites que la persona decida sobre sí misma. El placer erótico es muy específico, explorarlo es como ir a un lugar de comidas (un food court por ejemplo), donde ofrecen de todo, pero no es necesario probarlo todo para saber que me gusta. Primero defino qué es lo que ni “muriendo de hambre” quiero probar en este momento de mi vida, y a partir de ahí me acerco a lo que me llama la atención, me interesa o se me imagina delicioso, ahí comienza la exploración. Una vez experimentado, decido si repito o lo dejó a un lado y configuro mis lugares preferidos, aquellos a los que podría ir a comer. Después de ello seguramente identificaré un lugar y comida que me gusten mucho, a donde preferiré ir antes que a otro lugar y entonces tendré mi lista de comida y lugares predilectos, aquellos que siempre pediría, pero que si por alguna razón no se puede siempre tengo otras dos o tres opciones. Así entonces, las personas configuran sus preferencias eróticas...