La ambición artística de Demna Gvasalia, director creativo de Balenciaga, ha dividido la opinión de los críticos de moda tras su último show en París, durante la semana de la moda primavera 2023.
La escena de modelos caminando a través de ambientes poco favorables para la vida humana ha sido constante en las últimas dos colecciones de Balenciaga.
La imagen general del desfile de Balenciaga da la impresión que estamos viendo a un grupo de jóvenes vestidos muy “a la moda” saliendo de un club después de haber llovido toda la noche, para encontrarse con otras personas que van vestidas formalmente en su camino al trabajo por la mañana.
Demna y Balenciaga dicen que esta pasarela se inspiró en mantener los pies en la tierra y vivir en tu verdad. Lo que justificaría, la piscina de lodo que sirvió como pasarela para que las modelos y los espectadores vieran la moda bajo la óptica del mundo real.
El espectáculo vio al rapero Kanye West abrir la pasarela con una gorra debajo de la capucha, pantalón de cuero, chaqueta negra con múltiples bolsillos y grandes zapatillas deportivas, la estrella estadounidense y amigo del estilista georgiano de Balenciaga, Demna, inauguró el desfile en las afueras de París, lejos de los fastos de la semana de la moda en la capital francesa.
Su ex pareja y musa de Balenciaga, Kim Kardashian, estuvo en la primera fila de este espectáculo, oscuro y perturbador.
Una piscina de lodo
Después de Kanye hubo múltiples looks que ilustraban una fuerte oposiciones a la ropa formal, la ropa de trabajo y la ropa para salir de fiesta, ya que vimos numerosos diseños inspirados en la utilidad, vestidos impresionantes, tops de malla, corsés para hombres, mezclilla perfectamente holgada y bolsos hermosamente intrigantes. Todo salpicado y manchado por el lodo por el que estaban desfilando.
Una característica recurrente de la colección fue la creación de bolsos a partir de artículos cotidianos. Como un bolso hecho con una bolsa de papas fritas, bolsos hechos para parecerse a bolsas de compras y bolsos hechos con osos de peluche.
Esa característica ligeramente “camp” de la pasarela también se repitió en otros accesorios, como las bufandas de fideos en color neón que vimos en varios modelos y los portabebés que aparecieron atados en el pecho de otros.
También vimos numerosos modelos con modificaciones y perforaciones corporales artificiales, como los múltiples “piercings” en las cejas de Bella Hadid o los cuernos falsos en el cuerpo de otros talentos.
Las modelos tuvieron que cruzar la fangosa pasarela con elevados tacones. Sus vestidos rosas, blancos o negros, con brillos y transparencias, contrastaban con los colores sombríos del decorado.
La escasez de siluetas nuevas dentro de esta colección hace que recordemos el trabajo de los primeros años de Demna al frente de Balenciaga, alejado de las prendas comerciales.
Algunas ironías
"Hagan el amor y no la guerra", afirmó Demna en las notas de presentación del show. "La moda no necesita historia para ser vendida" puesto que es "un arte visual", destacó Demna en el irónico comunicado.
"Detesto las reglas y las etiquetas" añadió el diseñador, que sin embargo recurre al logo Balenciaga en sus creaciones.
Demna había explicado por ese entonces que la moda perdía todo su sentido, y que la semana de la moda se convertía en algo "absurdo" ante el desastre de la guerra.
Demna se convirtió este verano en uno de los embajadores de la plataforma United24, que sirve para recaudar fondos para la reconstrucción de Ucrania.
Balenciaga puso a la venta una camiseta, cuyos beneficios servirán para ayudar a los refugiados ucranianos.