Una de las atracciones más grandes del Show Aéreo Ilopango 2023 fue la exhibición de un avión comercial, en donde todos los asistentes que lo desearán podían subir y conocer la parte interna del avión, además de eso, también tuvieron la oportunidad de conocer a dos experimentados pilotos que trabajan con la aerolínea.
Arely Álvarez, primera oficial de vuelo, tiene casi seis años de experiencia. Ella cuenta que siempre se sintió atraída por esta profesión, ya que cuando era una niña, su tía quien trabajaba como despachadora de vuelos en TACA, la llevó por un tour en el aeropuerto.
“Nos subían al avión y nos daban un pequeño tour dentro del avión en el aeropuerto. Creo que definitivamente eso es algo que marcó mi vida y que ya de grande, eso me hizo querer ser piloto”, cuenta Álvarez.
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Ella recuerda que a pesar que siempre sintió una profunda pasión por la aviación, está no fue su primera opción de carrera, pero luego de pensarlo bien decidió estudiar lo que más le apasionaba.
“Yo decidí buscar mis sueños y construir ese futuro que yo siempre me había imaginado”.
Con mucho esfuerzo y con el apoyo de su familia, logró culminar sus estudios en la Escuela Flight Training en Ilopango y para 2017 logró cumplir uno de sus más grandes sueños, trabajar para una aerolínea, “lo conseguí en Avianca, para volar aviones Embraer 190; en 2019 empecé a volar aviones Airbus A319, A320 y A321", dijo.
Uno de los retos más grandes para Álvarez es combinar su trabajo y su vida personal, ya que esta profesión le exige mucho tiempo y dedicación, aún así, ella explica que todos los sacrificios valen la pena porque trabaja en lo que siempre soñó.
“Al final nosotros estamos uniendo familias y yo no me arrepiento, siento que tengo la mejor oficina del mundo”.
Uno de sus momentos favoritos es poder volar junto a una capitán mujer, “es un experiencia bien bonita”, dice y hace una invitación a que más mujeres se unan a la profesión.
“Mis juguetes fueron aviones y armar aeropuertos”
Antonio Huezo, capitán de vuelo, recuerda que en su mente nunca hubo otra opción más que ser piloto, desde que era un niño él tuvo claro que quería manejar aviones y es por esto que cuando llegó el momento de elegir una carrera, eligió la aviación.
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Él cuenta que a pesar de tener el apoyo de su familia para convertirse en piloto, también tuvo que estudiar una segunda carrera en administración de empresas por petición de su padre, sin embargo en cuanto empezó a trabajar en aviación tuvo que dejar los estudios, pues su trabajo era muy demandante.
Una de las experiencias más gratificantes para él, es poder manejar aviones de gran tamaño y sobre todo que su trabajo permita a las personas poder viajar.
“Me pagan por volar o hacer algo que ha sido mi sueño”, dice Huezo y reflexiona que este fue su primer trabajo y que espera que sea el último. “Todavía me quedan 32 años de trabajo y espero completarlos con el mayor de los gustos”.