Un paseo por la playa, con los pies descalzos y el pelo suelto, fue la propuesta de Chanel para su colección primavera-verano 2019, que presentó este 2 de octubre en el Grand Palais de París transformado en un caribeño paisaje paradisiaco.
El diseñador Karl Lagerfeld sucumbió a una cierta naturalidad en los estilismos, poco frecuente en sus colecciones, pese a los imprescindibles trajes en tweed y vestidos de lentejuelas que combinó con sandalias planas de piel y PVC transparente con el logo de la casa, que las modelos llevaron agarradas en la mano.
De ahí que las tops, entre las que se encontraron Kaia Gerber, Lia Pavlova, Edie Campbell, Adut Akech o Vittoria Ceretti, pudieran incluso caminar por la orilla de la playa que Chanel creó expresamente para la ocasión, reconstruyendo incluso la arena, la espuma y el sonido de las olas.
Un enorme lienzo recreaba un paisaje de acantilados en el horizonte para recordar uno de los lugares favoritos de Coco Chanel, que abrió sus primeras tiendas en las costeras Deauville y Biarritz, y pasaba buena parte del año en “La Pausa”, su villa de Roquebrune-Cap-Martin, en la costa del sudeste francés.
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En la paleta de colores dominaron el crudo y el negro, que impregnó los vestidos de noche a base de organza, seda y lentejuelas, y el camel para conjuntos de falda y top en punto, o el color verde mar, amarillo y rosa pastel.