El Salvador es un territorio privilegiado por la rica diversidad de especies de plantas que nacen de sus entrañas, algunas de las cuales se aprovechan para consumo humano desde tiempos ancestrales, ya sea por sus frutos, hojas o brotes, en diferentes preparaciones, y que en la actualidad son poco conocidas, pues muchas crecen de forma silvestre, como el cuchamper.
De acuerdo con información publicada por el Ministerio de Educación en el libro "Flora Salvadoreña. Tomo 5", importantes cultivos fueron logrados hace más de 10 mil años en Mesoamérica, uno de los ocho centros mundiales de origen y diversidad genética de plantas y muchas otras hierbas o malezas.
"En nuestra región, además de inventores de una agricultura propia, continuamos siendo recolectores de malezas que son convertidas en comidas, o de los frutos nativos que se comen y consumen con total deleite como la anona, cereza, matasano, nance, cuchamper, paterna, pitahaya, zapote y zunza. También, exquisitos productos de los sotobosques como pacayas", detalla el ejemplar.
El cuchamper ha tomado protagonismo en los últimos días, debido al inicio de la época lluviosa en el país. Este es considerado un fruto de temporada, principalmente, en zonas cafetaleras. Según la técnica del Museo de Historia Natural Jenny Menjívar (citada en la investigación “Contenido de fenoles totales y actividad antioxidante en frutos de la flora salvadoreña”, publicado en la Revista Minerva de la UES), su nombre científico es Gonolobus Taylorianus W.D. Stevens & Montiel.
En su cuenta oficial de Facebook, la Fundación REDES detalla que "el guchamper, conocido también como cuchamper, es un bejuco con hojas ovaladas y flores en racimos de color café oscuro; los frutos son redondos, lisos, esponjosos con manchas verdes y blancas, con cuatro venas a lo largo. Este crece de forma natural desde Guatemala hasta Costa Rica".
Pero, ¿qué sabor tiene el cuchamper y cómo se consume?
La peculiar forma de la fruta ha llamado la atención de usuarios en redes sociales y algunos se cuestionan a qué sabe y cuál es la manera en la que, usualmente, se consume.
Como no podría ser de otra manera, su sabor, al igual que su forma, es peculiar: ácido con un ligero toque dulce y de pulpa jugosa, esponjosa y crujiente.
Por su parte, la Academia Salvadoreña de la Historia explica en Twitter que, esta fruta se consume en conserva o en dulce, para lo cual se raspa la cáscara a fin de extraer el látex, se parten en rodajas y se colocan en una olla a la que previamente se le agrega agua, azúcar y canela. También, se preparan en "chancletas", como el güisquil. A la vez, la fruta se pueden comer en asados o con sal y limón, después de eliminar la cáscara.
"El cuchamper forma parte de los montes, dieta de las mayorías en la historia de El Salvador", agrega el tuit.
