La precaria, trágica situación de la mujer en Venezuela, se expone en un documental de CNN, que describe el drama de la maternidad cuando se carece de suficientes alimentos, no hay vitaminas, no reciben cuidados prenatales, lo que inexorablemente se traduce en niños con organismos débiles y baja capacidad mental, que enfrentan vidas muy tristes y muertes prematuras.
Esa dramática situación fue causada por las masas de nulpensantes que eligieron a un vendedor de ilusiones, Hugo Chávez, que, presa de una egolatría que llega más allá de los confines de nuestra galaxia, comenzó a desmantelar la institucionalidad democrática, concentró en sí mismo y sus corruptos allegados todo el poder de decisión, se le vinculó con el narcotráfico colombiano, fue estatizando la producción de alimentos con acusaciones como “acaparamiento” aunque no puedan acapararse y retirarse del mercado ni los pollos ni la leche ni productos perecederos…
Una de las señoras entrevistadas narró que sólo come una vez al día, para que su esposo y su hijo logren también comer algo, angustiosa situación que también está azotando a muchas familias de nuestro El Salvador.
Las dictaduras, como regla, conducen a hambrunas, como sucede en Cuba ( país que está peor que Haití), fue lo normal en la Unión Soviética y bajo Mao en China, culpable de la muerte por hambre de más de sesenta millones de chinos a causa de sus inagotables y disparatadas ocurrencias y es el espectro a la vuelta de la esquina que amenaza a Corea del Norte.
En Corea, como en Rusia, se sacrifica el bienestar de la población para mantener en pie grandes ejércitos y desarrollar armamentos, pese a que en ningún momento en la historia contemporánea un país democrático ha iniciado una guerra, atacado a un vecino.
Lo contrario es lo usual, como lo comprueba la invasión de Ucrania ordenada por el criminal de guerra y envenenador Putin, un infernal personaje que en menos de veinticuatro horas rompe un acuerdo Rusia/Ucrania firmado con la mediación del dictador turco Erdogan y representantes de las Naciones Unidas, un acto que amenaza generar una hambruna que afectaría a más de un billón de personas, sobre todo en África.
No tener qué comer es una horrible pesadilla que persigue a tantos y que hasta los Años Treinta del siglo pasado era una causa de muerte de muchos en Europa.
Una novela del noruego Knut Hamsun, galardonada con el Premio Nobel de Literatura, se tituló precisamente “Hambre”, la historia de un joven que sufre tormentos a causa de no tener suficiente para comer.
La improvisación, las ocurrencias, la ignorancia… la entrada al infierno
Una señora que conocimos muy de cerca vivió unos años en Bélgica y compró en un anticuario un libro. Al hojearlo se encontró con una carta cuyo remitente describe a su conocido el horror que está pasando por no tener qué comer…
Venezuela, una nación rica en reservas naturales, inmensos bosques, ríos de maravilla, campos fértiles, sufre en estos momentos, como lo describimos, de hambre, de carencia de medicinas, de la elemental asistencia hospitalaria, de servicios, educacionales, forzando a muchos de sus hijos a buscar en basureros algo que comer, todo a causa de un desquiciado mental que murió aterrado por morir…
Hambre, carencias de toda naturaleza, desastres humanitarios, todo es consecuencia de caer en regímenes que se manejan a base de ocurrencias, ignorancia elemental, corrupción…