Tony Cabrales deja un excepcional legado de patriotismo, racionalidad, bondad hacia otros y afecto para quienes tuvieron la suerte de tratarlo, de ser sus amigos.
Su partida conmueve hasta lo más profundo de nuestras almas.
Hace unas seis semanas Tony hizo un relato buscando el paralelo entre la vida de dos grandes hombres, Roberto Murray y Enrique Alvarez Cordova. Fue su acto público de despedida y como dice el refrán: se necesita uno para reconocer a uno.
Se destaca su trayectoria de servicio apasionado por impactar desinteresadamente las políticas públicas del país, tanto como ministro de Agricultura levantando el agro tras las desastrosas políticas agrarias de los 80 y como Vicepresidente y después presidente de FUSADES- de la que fue fundador en 1983- con una entrega total al análisis de los ámbitos sociales y económicos del país.
Pero muchos conocieron la dimensión pública de la vida de Tony, lo que quizás se conocía menos era la ejemplaridad como marido impecable, padre y abuelo.
Tony era hijo del excónsul de nuestro país en Nueva Orleáns, don Galileo Cabrales (QDDG), quien con frecuencia acogía en su casa a familias salvadoreñas, donde se reunían muchos connacionales, entre ellos Max, Chalo y Betty Olano, Claribel Alegría y otros. Es desde entonces que forjamos una amistad de toda la vida.
Tony fue ministro de Agricultura durante la presidencia de Alfredo Cristiani (1989-1994). Se le recuerda reactivando la agricultura salvadoreña, negociando con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) la llegada de toneladas de alimentos y granos, después que el sector quedó quebrado por las políticas ruinosas del gobierno previo, la reforma agraria y la agresión contra el país en los años Ochenta.
A Tony Cabrales lo distinguía su don de gentes, su ejemplo como esposo y padre de familia y su papel clave para reactivar el agro y su promoción de la solución de los problemas sociales del país. Es así como sirvió como presidente de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (FUSADES), miembro de diversas asociaciones y ciudadano que por iniciativa propia se ocupaba de la situación de grupos sociales golpeados, como mujeres encarceladas, niños en abandono, familias viviendo en la marginalidad.
Fue un privilegio conocer y tratar a Tony, amigo de toda la vida
De Tony Cabrales se puede decir que en todo momento sirvió al país en lo que pudo, como asimismo de que nunca se sirvió del país en su beneficio.
Así como se distinguió como un servidor público también lo hizo como estrella del baloncesto nacional y de los Estados Unidos.
Se recuerda que decía que, a la inversa del famoso y muchas veces irreal “sueño americano”, él decidió realizar su “sueño salvadoreño”. “Me gustaba el país y había estudiado agricultura y ganadería. Quería realizar mi sueño aquí. Vine solamente con un carrito Volkswagen y mi estudio…”, rememoró en una entrevista con El Diario de Hoy en 2015.
Dios recibe en su seno a un hombre que tanto bien hizo durante su vida, que tanta gratitud y hermandad dejó.