El Salvador no puede dejar de acompañar a los tepesianos en su batalla por una extensión del TPS y la residencia permanente en los Estados Unidos y, en ese sentido, es alentador que la Cancillería haya expresado una posición oficial de acompañamiento a estos connacionales, abogando por “una solución permanente para las miles de familias, salvadoreñas y de otras nacionalidades, que se verían afectadas por esta decisión”.
En un comunicado, la Cancillería destacó que “durante más de dos décadas, los salvadoreños beneficiarios del TPS han realizado importantes contribuciones a la economía y a la seguridad social estadounidense, mediante el pago de impuestos, tasas y contribuciones especiales. El 95% de la población salvadoreña beneficiaria tiene empleo formal, el 53% paga una hipoteca y alrededor del 10% son empresarios”.
Los tepesianos están a expensas de lo que decida una corte a la cual se han abocado sus abogados, quienes la semana anterior no pudieron llegar a un acuerdo con los representantes de la Casa Blanca para lograr una nueva extensión del TPS.
La posición oficial de la Cancillería salvadoreña se difunde una semana después de conocerse este impasse.
Por eso es que el periódico Los Angeles Times publicó la semana anterior cómo los tepesianos salvadoreños se han sentido abandonados por Nayib Bukele y sus allegados y resienten que lo único que éstos lograron fue pactar con la administración Trump que al cancelarse el TPS definitivamente los salvadoreños tendrán un año de gracia para marcharse, en lugar de —dadas las buenas relaciones que el régimen mantenía con Trump— haber conseguido una solución permanente o residencia para ellos.
Los tepesianos han reprochado que el régimen en nuestro suelo parece más ocupado en obtener sus votos, en su fallido proyecto de introducir el bitcoin, en ocultar sus millonarios gastos, en montar un Estado policial y controlar las llamadas de la gente, en penetrar en lo más íntimo de sus vidas para eventualmente servirse de esa información, que en romper lanzas por los salvadoreños de la diáspora que con sus remesas mantienen a sus familias que quedaron en nuestro suelo, remesas que son un decisivo aporte a la saqueada y descuidada economía nacional.
La riqueza de El Salvador está en su gente en el lugar en que se encuentre
Esperamos que las palabras de los comunicados oficiales pasen siempre a la acción.
La prioridad del régimen debe ser detener el desplome económico, social, institucional del país y lo que se gasta en propaganda, asesores extranjeros y lobbys de la imagen presidencial debería invertirlo en gestiones en favor de nuestros connacionales más desprotegidos.
Es importante detener la delincuencia y el crimen organizado, pero se debe tomar en cuenta que la violación sistemática de los derechos humanos y la captura y muerte de inocentes merced el régimen de excepción no abona en nada a la imagen de El Salvador y a sus gestiones en el exterior por beneficios, donaciones y en este caso por los migrantes.
Por eso no es extraño que el Gobierno de Estados Unidos marque distancia, además de que debe de recordar los desplantes y tensiones generadas por el bukelismo contra funcionarios de la administración Biden, legisladores como Norma Torres y otros tomadores de decisión en aquel país.
Por un capricho o intereses personales se arriesga el destino de 180,000 salvadoreños y sus familias.
Además, el régimen debe observar que no le hace ningún beneficio que los troles afines a él la emprendan con insultos y diatribas contra los tepesianos, que sólo piden apoyo.
Los tepesianos merecen todo nuestro apoyo, pues de lo contrario sentirán que sólo se les quiere utilizar para captar sus votos.