En la película “2001, Odisea Espacial” de Stanley Kubrick, que tiene como tema musical “Así hablaba Zaratustra” de Richard Strauss, un grupo de astronautas emprende un viaje a Júpiter en una nave de Pan American, la aerolínea primaria de Estados Unidos que desapareció.
El viaje luego se acompaña con El Danubio Azul de Strauss y con pasajes de Kachaturian…
Los controles de la nave se manejan por la computadora HAL 9000, que en un momento “piensa por sí misma” e intenta tomar control de la nave y la misión, lo que obliga al comandante jefe a meterse dentro de la computadora e ir, una a una, retirando las partes que la llevaron a pretender convertirse en la dirección decisiva…
HAL 9000 es la “inteligencia artificial” que en la cinta intenta tomar la dirección de la misión, la misma Inteligencia Artificial que se está desarrollando en estos momentos, lo que ha suscitado alarma en círculos científicos e intelectuales, entre ellos Elon Musk, el hombre más rico del mundo y un extraordinario innovador en diversos campos.
Uno de los perjuicios que una inteligencia artificial sin control puede causar es que se pierdan trescientos millones de empleos en las naciones con algún grado de desarrollo industrial, además de poder suplantar la mente humana en campos del saber, de las artes…
Un ejemplo de pre-inteligencia artificial es la supercomputadora de IBM que juega ajedrez y que ha logrado vencer a campeones mundiales analizando las consecuencias que mover o no mover una sola pieza en el tablero (un número casi infinito, por así decirlo) puede tener, algo que los grandes maestros hacen con sus privilegiadas capacidades.
En la actualidad y ante la aterradora posibilidad de que un grupo de robots dotados de “inteligencia artificial” marche hacia nosotros, salvarnos, se nos dice, es muy simple: cerramos la puerta, ya que los robots no logran dar vuelta a la perilla.
El lado contrario se ilustró en la película “El aprendiz de brujo”, basada en un poema de Johan Wolfgang von Goethe: el aprendiz de un brujo toma en sus manos la varita del mentor y ordena a su escoba llenar con agua un depósito, lo que ésta hace sin detenerse, provocando una inmensa inundación hasta que el propio brujo vuelve y pone orden….
¿Podrá un robot componer una sinfonía como “La Heroica”?
Las máquinas, artefactos, robots dotados de inteligencia artificial no controlada pueden, al igual que en el cuento de la escoba, salirse de control y, como HAL9000, transformarse en una amenaza para la raza humana al tener la capacidad de crear otros robots “por iniciativa propia”.
Hay robots de robots, por así decirlo. Unos son los diputados de la Duma de Rusia que aprueban lo que el criminal de guerra y envenenador Putin les ordena, otra la bancada cian en nuestro suelo, que se dice que oprime el botón con frecuencia sin leer ni entender el asunto.
Ya se cuenta con robots que entregan mercancías usando pequeños drones, otros que atienden a personas mayores que viven solas, entre cuyas tareas tocan música y revisando si puertas y electrodomésticos están conectados o no. En algunos hospitales se ensayan robots que entregan y dispensan medicinas, toman la temperatura del paciente, llaman a enfermeras, aunque eso no ocurre cuando muchos enfermos tienen que dormir en el suelo o compartir cama con otra persona.
¿Habrá un robot capaz de componer la Flauta Mágica de Mozart o la Noche Estrellada de Van Gogh…?