El mundo está expectante de si Siria cayó del fuego a las brasas; si cayó de la dictadura de los Assad al fanatismo y la intolerancia de sus primos de AlQaeda y talibanes.
El enviado especial de la ONU, Geir Pedersen, ha hablado con el nuevo hombre fuerte de Siria, Abu Mohamed al Jolani, ha recibido a una delegación de diplomáticos británicos, a los que "habló de la importancia de restablecer las relaciones" con Londres, en declaraciones recogidas por Telegram.
Y no es que funcione aquí aquello de que "de dos males, el menor", pues simplemente no sabemos qué rumbo tomará el nuevo gobierno –o desgobierno–, que al menos en principio se ha mostrado abierto a Occidente y ha prometido respetar los diferentes credos en el país.
Pero propios y extraños está atentos a si, de repente, emergen con locuras tales como degradar a la mujer, obligarla a taparse totalmente o prohibirle por ley que su voz se oiga en público.
Radio Francia Internacional (RFI) informa que las distintas capitales del mundo, inicialmente cautelosas, están multiplicando iniciativas y anuncios para contactar a las nuevas autoridades de Siria, especialmente al grupo HTS en el poder desde hace una semana tras la caída de Bachar el-Assad.
Pero también a nadie extraña que Turquía quiera caerle a gran parte del territorio sirio, reivindicándolo como propio.
Siria estaba en manos de una dictadura brutal. Sólo hay que ver los testimonios de los reos que han logrado salir vivos –y cuerdos– de los centros de torturas del régimen derribado y no se puede evitar pensar en similares atrocidades que se cometen en estas tierras, como lo ha denunciado repetidamente el exalcalde de San Salvador, Ernesto Muyshondt, preso desde hace un buen tiempo en las cárceles del régimen salvadoreño.
El "eje del mal" puede hacer mucho año aún
El régimen sirio de los Assad formaba parte del bloque diabólico encabezado por Irán, que potenciaba a los grupos terroristas como Hamás y Hezbolá. Con Assad en Moscú y estos dos grupos debilitados por las bombas israelíes, ese eje del mal tiende a hundirse, aunque persiste el régimen de Putin, acuerpado por Corea del Norte y Bielorrusia.
El régimen chavista de Nicolás Maduro era uno de los coristas del eje del mal de Irán y ahora se ve cada vez más solo, por mucha perorata gorilística de Cabello.
Así está cayendo el Alba, aunque algunos de sus pupilos estén disfrutando del botín, pero todavía pueden hacer mucho daño, como las malas decisiones que pueda tomar Donald Trump limitándose sólo a amagar a los chavistas, como la vez anterior ("todas las posibilidades están sobre la mesa").
Si Trump deja que Ucrania caiga en las garras del criminal de guerra ruso, hasta él mismo podría verse censurado por la opinión pública
De hecho, en el caso de Ucrania ya se quejó de toda la ayuda que Estados Unidos le envía.