El Octogésimo Aniversario del desembarco de las tropas aliadas en Normandía, para combatir el nazismo, está siendo conmemorado en el propio lugar donde murieron muchos jóvenes soldados y oficiales de ambas partes, americanos e ingleses de un lado, y alemanes, del otro.
Al día de hoy veteranos sobrevivientes de esa histórica gesta, al lado de los presidentes de varios países y el Rey Carlos III de Reino Unido, se han dado cita para hacer énfasis que el mundo libre, las personas de bien, deben siempre por sí mismas o al lado de otros unirse contra el mal, el totalitarismo, la demencia de agresores contra la libertad, la razón, la convivencia.
El hijo de uno de esos veteranos preguntó a su padre cuál fue el motivo que lo llevó a desembarcar en Normandía cuando hubo soldados que murieron sin siquiera alcanzar la playa. Su respuesta fue muy clara, inequívoca: “Porque era mi deber”.
A lo largo de la historia los pueblos han tenido que unirse para defender sus libertades, como sucedió en 1571 cuando una coalición de naciones repelió en Lepanto el intento musulmán de conquistar la Europa cristiana.
En Lepanto el príncipe de las letras, Don Miguel de Cervantes, fue lisiado de una mano, por lo cual recibió el sobrenombre de “el Manco de Lepanto”.
Siglos más tarde, en septiembre de 1683, una coalición polaca y alemana derrotó a un ejército musulmán que pretendía adueñarse de las rutas del Danubio y los territorios vecinos, atacando Viena.
El asedio duró varias semanas, pero la agresión fue desbaratada cuando la coalición polaca-alemana atacó por sorpresa el flanco de ejército de turno, al que puso en fuga. Cuando el jefe musulmán volvió a Estambul, el sultán ordenó que lo decapitaran....
En igual forma como tantos cumplieron con su deber y ofrendaron sus vidas para derrotar al nazismo, una demencia que causó tantos muertos en Europa, la destrucción de hermosas ciudades... los hombres de bien deben siempre unirse contra la sinrazón, los fanatismos, las agresiones contra la libertad y el Orden de Derecho.
Este es el desafío que enfrentan los mexicanos frente a su nueva presidenta, Claudia Scheinbaum, una extraordinaria científica e investigadora pero que desafortunadamente al mismo tiempo se dice que comulga con los regímenes socialistas que han llevado a la ruina a Cuba, Nicaragua y Venezuela. Maduro incluso llegó a decir que, para ellos, la mandataria electa es como el “agua bendita”.
Maduro pide ayuda a los rusos para mantener su dictadura
La nueva presidenta tiene frente a sí el “modelo” de una nación forzada a ser comunista, Cuba, que en estos momentos no puede continuar alimentando a la población y tiene que pedir ayuda para conseguir leche para niños, harina, hasta combustibles, pero cuyos demenciales cabecillas no sueltan el poder y mantienen cientos de opositores en la cárcel.
Pero a diferencia de Cuba que es una isla, México tiene fronteras con el exterior, una poderosa clase empresarial, una red de gobernadores y sistema judicial independiente, lo que obliga a mantener un permanente diálogo para aprobar medidas y nuevas políticas, pero a esto se agrega el permanente desafío de combatir los cárteles de la droga y el crimen organizado.
Al igual que en la gloriosa gesta de Normandía, los hombres de bien están llamados a defender la libertad, oponer los fanatismos y la sinrazón, correr en auxilio de pueblos sometidos por dictaduras enloquecidas, como la que hoy continúa destruyendo a Venezuela, que ha pedido ayuda al criminal de guerra y asesino serial Putin para sostener a Maduro y su dictadura.