Los chinos serán objeto de multas y hasta cárcel si osan “usar ropa o portar símbolos en público que sean perjudiciales para el espíritu del pueblo chino o que hieran los sentimientos del pueblo chino”, se publica en medios internacionales.
Lo anterior está contenido en la “Ley de Castigo para la Gestión de la Seguridad Pública”, que deja un gran margen de interpretación con eso de “herir los sentimientos del pueblo chino” para que cualquier comisario político ponga a volar su imaginación y fanatismo marxista y mande al paredón a cualquiera.
Hace unos meses se informó del arresto de una mujer china que vestía un kimono japonés, lo cual pone en aprietos a meseros y propietarios de restaurantes japoneses, que no saben lo que puede sucederles cuando van y vienen de sus labores, lo que conduce a la interrogante de si hay “un modo de vestir americano”, si los italianos y griegos deben portar vestimentas que compaginen con sus nacionalidades, aunque en el Medio Oriente y debido al caluroso clima los musulmanes se atavíen con sus característicos ropajes, los que empero no son norma ni en Egipto ni en Jordania ni en Líbano.
¿Cuál es la manera como en Estados Unidos la gente se viste? La respuesta es muy simple: se visten como les da su real gana, sacrificando en muchos casos la elegancia en aras de la comodidad, a menos que se trate de abogados o banqueros que en su trabajo van “muy uniformados” con trajes azul oscuro, corbata y zapatos negros. Pero una vez que llegan a sus casas, “todo es playa…”.
Algunos afroamericanos se destacan por sus con frecuencia estrafalarias vestimentas, mientras otros hispanos por su poca atención a lo que se ponen encima.
En las grandes urbes como Nueva York y más en Los Ángeles se ve de todo, al mismo tiempo que no sorprende mucho que en los supermercados aparezcan jovencitas casi en ropa interior, mientras en Afganistán las mujeres viven sumidas en tétricas burkas medievales.
La moda evoluciona… antes era “impensable” que mujeres fueran a una iglesia con los brazos descubiertos y sin “tapado”, lo que hoy es mucho menos estricto, ya que los clérigos prefieren que mujeres y hombres asistan al culto sin mayores restricciones a que no vayan, aunque en los pueblos las reglas sean más estrictas.
Los griegos van y vienen como gustan, exceptuados soldados que hacen guardia en lugares especiales y que portan una vestimentas muy, muy simpáticas, gorros y botas incluidas, como una cosa es el inglés de la calle y los guardas con los altos sombreros de piel de oso frente a los palacios reales…
En pleno Tercer Milenio las nuevas “monarquías” quieren dirigir vida y muerte
Volvamos a los chinos. El muy poco inteligente pero con “pico de oro” Mao, en sus desvaríos socialistas, dispuso que era un desperdicio de telas y colorantes el que cada chino se pusiera encima lo que le venía en gana, por lo que ordenó que los chinos portaran un gabán azul con cuello “Mao” y las chinas otro gabán con unos cuantos modestísimos colorines, lo que encaja con la tradición milenaria del país.
En Europa hasta la Revolución Francesa y muy especialmente en España, la casa real dictaminaba lo que cada clase y cada sexo debía encasquetarse, aunque labriegos y trabajadores de modesto nivel vestían lo que mejor se adaptara a sus faenas.