La “mayor deportación de inmigrantes en la historia de Estados Unidos” ha anunciado Donald Trump si para desgracia del mundo es reelecto, lo que inevitablemente conducirá a redadas indiscriminadas, a separar familias, a mucho dolor e incertidumbre, como ya lo vimos hace unos años en su previo gobierno…
Trump pretende ignorar que se estima un incremento de 1.7 millones de trabajadores potenciales para el año en curso y de 5.2 millones para 2033, lo que representa un aumento aproximado del 3% en la fuerza laboral en Estados Unidos y de los ingresos fiscales, según la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO).
Un informe oficial del Contralor de la ciudad de Nueva York que se ha conocido hoy destaca los beneficios que aporta la inmigración a las finanzas municipales y aboga por que la ciudad les costee los gastos legales asociados con una eventual regularización. El contralor Brad Lander -que supervisa el buen uso de las finanzas de la ciudad- emitió su informe, que se titula “Beneficios económicos de los servicios legales para inmigrantes”, y sostiene que proporcionar asesoría legal gratuita a los inmigrantes podría ayudar a regularizar a 53,000 personas. Esos nuevos neoyorquinos aportarían a su vez un beneficio neto de 8,400 millones de dólares a lo largo de treinta años, cifra resultante de sumar los impuestos locales, estatales y federales que ellos pagarían, menos los servicios que obtienen a cambio. “El acceso a permisos de trabajo lleva a mejores salarios”, razona el contralor, y de ahí se deriva un mayor pago de impuestos y un mayor consumo personal. “Ganar estatus legal abre la puerta a que más inmigrantes abran cuentas bancarias, compren casas y abran negocios, lo que hace crecer la economía…”.
Pasando penurias y expuestos a morir en cualquier momento, los salvadoreños que lograron cruzar la frontera y radicarse en algún lugar de la inmensa nación con frecuencia laboran en tareas que “ni los mismos americanos” desean, pero su tenacidad, su natural tendencia a laborar, su vida frugal les permite vivir, pagar impuestos directos o indirectos, con frecuencia solventar acosos y defenderse de pandillas, no involucrarse en actos reñidos con la ley.
Esta buena gente, que hemos conocido cuando espontáneamente se presentan en un restaurante o al llegar a pequeñas comunidades, se siente muy orgullosa de ahorrar parte de lo que devenga para enviarlo a sus madres, hermanos, hijos que dejaron atrás y que dependen de esos envíos, las remesas, para sobreponerse a la dura situación económica en que ha caído nuestro país a causa de las imposiciones del régimen.
Los sacrificios de los hermanos lejanos por sus familias serán en vano…
Muchos han conseguido que con el dinero de lo que remesan mes a mes sus familiares puedan hacerse de una vivienda, comprar electrodomésticos, tener los recursos para educar a sus niños.
Hay un caso muy hermoso de lo que las remesas pueden lograr: la comunidad de Intipucá, construida con las remesas que sus familiares en Estados Unidos han enviado a lo largo de los años. Pero el plan del régimen es caer encima de las remesas, como lo hizo con el FODES, los sesenta millones que sacó del presupuesto de EDUCACIÓN, la sustracción de los fondos del Seguro Social que una administradora pasó al régimen —lo que es un grave delito—, lo del INSAFORP, que literalmente dejó de existir, pero siguen cobrándolo…
A ello se suma el saqueo de los ahorros de los trabajadores, de lo que ellos por ley deben aportar para sus propias jubilaciones o al sufrir un grave menoscabo en sus capacidades…”.
Pero… esos sacrificios, los desvelos, privarse de pequeñas comodidades…. ahora están en grave riesgo.
“Hacienda” anda tras lo que familias, negocios, inversores tengan para meter mano en bolsillos ajenos y obtener dinero contante y sonante. De allí la insistencia de que se deposite el dinero en los bancos, para que, a su vez, el régimen pueda forzar a esos bancos a financiarlos, pues de no hacerlo sus directivos se exponen a recibir “llamaditas a toda hora”.
Ya narramos lo del individuo que andaba vaciando las alcancías de las iglesias, dineros que también en parte sirven para ayudar a personas pobres, a diferencia del hoyo negro al que dicen que van a para los impuestos que pagan los salvadoreños…