Tiernos recuerdos, felices momentos evoca la mayoría de salvadoreños en este día dedicado a las mamás, una fecha asociada a la familia, a los niños y la lucha de tantas buenas mujeres para sacar adelante a los suyos aun dentro de la adversidad y el abandono de padres irresponsables.
Un innumerables madres afrontan la pobreza generada por las políticas del régimen imperante, el desastre causado por una corrupción que se ha vuelto endémica en nuestro país.
Las mamás son la primera y más importante escuela de todo niño, aunque siempre queda la tragedia de los “niños de la calle”, los que no tienen a nadie por ellos y, por lo mismo, están sujetos a maltratos, abusos, hambre y enfermedades.
Cada niño es esperanza pero asimismo desafío, teniendo que vencer prejuicios como al mismo tiempo aprovechar oportunidades.
Por instinto, como la forma de proteger a la especie, la mujer cuida a los niños, hace lo posible por cuidarlos, alimentarlos, entrenarlos para que llegado el momento alcen vuelo, como se ve a las mamás aves hacer con los polluelos.
La excepción (las excepciones confirman la regla): hay mujeres que matan a sus hijos, como se ha dado en nuestro suelo, casos que torciendo realidades se tratan de presentar como “interrupción de embarazo”, pero por más que se tuerzan las realidades, son hechos absolutamente abominables.
Muchos niños en nuestro suelo tienen la oportunidad de formarse, estudiar en escuelas pública y colegios, sacar su primaria y ascender a escuelas de capacitación y asimismo universidades.
Es sobre los hombros de esos niños, que más tarde logran graduarse en profesiones liberales y técnicas, donde se asienta el futuro de esta tierra, en la tarea de reconstruir la nación después del desastre que se vislumbra dejará tras de sí la dictadura.
En una época las mujeres, futuras mamás, no contaban con la oportunidad de estudiar carreras técnicas: para ellas y siguiendo lo que fue norma en la mayoría de países, la mujer tenía como función “cocinar, cuidar niños e ir a la iglesia”, fórmula que los alemanes expresan en la frase “kinder kuche und kirche”....
Pero esos tiempos se han superado y el mundo cuenta con mujeres profesionales en todos los campos que, además, se desempeñan como madres, mujeres al frente de gobiernos, grandes empresas, innovadores proyectos.
Las redadas donde caen justos y pecadores
Las mujeres en nuestro suelo, muchas de ellas madres abandonadas y maltratadas, han sido blanco de abusos, amenazas, persecuciones. Y nuestro deber como buenos ciudadanos es proteger en la medida de lo posible a esas vulnerables personas.
El régimen imperante se ha ensañado con muchas mujeres profesionales, especialmente periodistas, que son blanco de descalificaciones, pero son mujeres las que más denuncian el abuso de la dictadura tanto contra instituciones como contra las libertades y derechos fundamentales de toda persona.
Muchas madres en nuestro suelo han sido víctimas de las redadas indiscriminadas que hace el régimen contra jóvenes, aunque un buen número de ellas saben que los jóvenes son buenos, que no se asocian con pandillas.
Las mamás, al igual que parejas de jóvenes y adultos que han sido apresados, se concentran frente a los penales, donde son amenazadas por los esbirros de que van a echarles gas pimienta para dispersarlas. Se trata de un caso donde “justos y pecadores” caen por igual, víctimas de un régimen que se apoya en soldadescas y resta importancia a la educación, a promover la asistencia a centros de enseñanza, lugares de capacitación artesanal y técnica.