"Caminar en democracia, respetando la Constitución y las leyes, es lo que le debemos a las futuras generaciones”, declara la Asociación Nacional de la Empresa Privada, que representa a 50 gremiales y 15,000 empresas formales, al expresar su rechazo al anuncio del presidente Bukele de buscar la reelección.
Como ya dijimos, la Constitución prohíbe en diez artículos —directamente o por extensión— la reelección presidencial inmediata y su sola promoción.
Pero resulta que, después de haber jurado cumplir y hacer cumplir la Constitución de la República, ahora el gobernante y los funcionarios bukelianos asumen ignorancia y tuercen conceptos que están claros en la Carta Magna, específicamente en el tema de la reelección inmediata.
El artículo 168 de la Carta Magna dice claramente: “Son atribuciones y obligaciones del Presidente de la República: 1. Cumplir y hacer cumplir la Constitución”, la misma que ahora soslaya.
Como decía un pastor evangélico en las redes sociales, ¿cómo le vamos a exigir respeto a los jóvenes si ven que desde el gobierno —donde se debería dar el ejemplo de honradez y rectitud— se viola la Carta Magna y las leyes con toda impunidad? ¿Quién va querer venir a invertir sabiendo que el grupo en el poder hace lo que quiere con las leyes
Bien dice la Cámara de Comercio e Industria que se necesitan reglas claras y predictibilidad para generar más y mejores empleos, así como oportunidades para todos, pero con un régimen que juega con las leyes y la libertad de las personas, miente, vende fantasías y que cierra y confisca empresas, ¿quién va a querer venir a arriesgarse a que le pase lo mismo?
La diputada de Vamos, Claudia Ortiz, advirtió que cuando “un político es capaz de violentar la Constitución, es capaz de todo”.
A través de nuestra historia, y como lo han recordado reconocidos especialistas en la materia en estas páginas, ha habido gobernantes emborrachados de poder que han intentado reelegirse y otros que lo han conseguido, abriendo dictaduras sangrientas, como la del general Martínez en los años 40. En el mundo los Hitleres, Stalins, las dinastías Kim, Pol Pot y otros han terminado sojuzgando y aplastando a los pueblos que los aclamaban y que luego reclamaron porque no querían gobernantes perpetuos.
Como dice el abogado constitucionalista, no se busca una simple reelección, sino imponer una dictadura vitalicia. Ese es el peligro.
El país endeudado sin precedentes y las instituciones envilecidas
Al anunciar su intento de reelegirse, Bukele fue ovacionado por sus incondicionales, como era de esperarse, por todo el cuerpo de sumisos que hoy dicen una cosa y mañana cambian fácilmente con tal de complacer a su señor.
Los tres y medio años de bukelismo se han caracterizado por graves violaciones al orden público, a la estabilidad económica nacional, lo que ha generado el rechazo de un número creciente de pobladores en el país, como volvió a exponerse en la última marcha contra el régimen el pasado 15 de septiembre.
Esos son los señalamientos que la comunidad internacional, medios y organizaciones del exterior hacen al régimen por más que se ufane de que “somos el país más feliz de la Tierra”.
Es un contrasentido ir a Naciones Unidas a pedir respeto, cuando no se tiene la mínima consideración por la vida y la libertad de un pueblo.