Las siete mil personas que el régimen tuvo que liberar por no haber pruebas contra ellas —seguramente después de tenerlas por varios meses en los centros de tortura— siguen siendo vigiladas u hostigadas por el solo hecho de haber dejado en vergüenza a sus captores y procesos a futuro. Muchos de ellos dicen que permanecen en sus viviendas, con sus celulares y teléfonos bajo supervisión y obligados a recibir a miembros de la soldadesca cuando a éstos se les antoja.
Al régimen, por las señales que se ven, le irrita sobremanera que personas que injustamente fueron capturadas sean puestas “así no más” en libertad, por lo que el acoso continúa y en el momento menos esperado pueden ser devueltas a los campos de tortura, pese a ser inocentes.
Lo que retrata la crueldad con que se actúa, aunque no tiene que ver con el estado de excepción, es el caso de Raúl Mijango, quien fue el mediador de la tregua de las pandillas en 2012, cuyos abogados pidieron que por humanidad le permitieran salir de la cárcel dada la insuficiencia renal crónica, diabetes e hipertensión que sufría, petición que fue denegada.
Mijango, quien llegó desmejorado y caminando con dificultad al tribunal, murió dos meses más tarde, un caso que debe de estar siendo incorporado a más de algún expediente sobre violaciones a derechos humanos elaborado fuera de nuestras fronteras.
Lo sucedido se asemeja a lo que pasó hace muy poco tiempo en Nicaragua, cuando Ortega dejó morir en la cárcel a un militar, Hugo Torres, que en su momento sacó a dicho desquiciado de la cárcel, lo que expone las satánicas entrañas de esa clase de sujetos, como es asimismo el caso de Maduro y sus secuaces.
Mijango, a causa de las circunstancias que atraviesa nuestro país después que se suprimieran de golpe los cuerpos de seguridad por los acuerdos de paz, hizo lo que consideró correcto en su momento: intentar de buena fe alcanzar un arreglo entre las pandillas, como en su momento lo hicieron figuras del actual régimen, como lo comprueban videos donde se reconoce por sus barbas a un notorio carcelero (huésped al lado de su madre de la lista de Estados Unidos de corruptos y antidemocráticos) conduciendo a cabecillas pandilleros a celdas para, según se denunció, negociar con otros cabecillas encarcelados.
Los visitantes entraron, “parlamentaron” y se largaron sin que nadie los detuviera....
Se va de cortina de humo en cortina de humo: distractores
Acusar y perseguir sin fundamento es parte de los distractores, las “cortinas de humo”, con que el régimen desvía la atención de los nulpensantes que son la base de su poder.
Otro caso grave es el del prisionero político Ernesto Muyshondt, a quien continuamente le inventan nuevos delitos (como “incumplimiento de deberes”) al igual que el “enriquecimiento ilícito” del que se acusa a la exdiputada Lorena Peña, quien ha dicho que “ni lícita ni ilícitamente me he enriquecido”, pese a lo cual la Fiscalía esgrime una cifra que parece sacada de la manga.
En este nuestro terruño toda persona que visiblemente no parece estar dispuesta a besar el suelo donde camina uno de los privilegiados miembros del grupo cian, se vuelve de inmediato “antipática” y queda expuesta a que la “levanten” en cualquier momento...
Y así, de cortina de humo tras cortina de humo transcurre el tiempo en nuestro El Salvador, convertido por ahora en finca privada...