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Cayeron encima del ferrocarril y en poco tiempo estaba en quiebra

Si falla el tren, si resulta que el costo de manejarlo es mayor que su ingreso, ¿adivine el adivinador de dónde saldrán los dineros para cubrir esos huecos? Saldrán de los bolsillos de la gente, sea de lo que pagan como impuestos, sea a través de alzas de precios de lo que cada persona consume

Por El Diario de Hoy |

Al ir venciéndose desde 1965 la centenaria concesión para operar el ferrocarril que desde La Unión llegaba hasta Ahuachapán e incluso a Guatemala, se suscitó un debate en la Asamblea, que finalizó otorgando a operadores salvadoreños, incluyendo el gobierno, el manejo del ferrocarril.

El argumento fue que los salvadoreños estaban MÁS que capacitados para asumir “dignamente” esa responsabilidad.

En poco tiempo, el grupo encargado llevó el ferrocarril a la bancarrota, al desastre, como se les advirtió por muchos, incluyendo nuestros analistas de EL DIARIO DE HOY, partiendo de una realidad: más vale lo excelente conocido que promesas vagas, sobre todo si son de parte de grupos sin experiencia en un campo, que evidentemente tenían la intención de robar lo que estuviera a su alcance.

Lo que resulta obvio es que la construcción y operación del “Tren del Pacífico” está ajustada a una sucesión de decretos que el régimen manda a la Asamblea para que los diputados aprueben sin discutir, como autómatas que son, aunque se tomen la molestia de leer lo que luego van a autorizar.

Es lo que tradicionalmente se llama “dedazo”, como se ha visto al otorgar negocios a allegados, a parientes de allegados, a los beneficiados con la mamamdurria oficial.

En ningún momento se discute si los que reciben tales encargos tienen la capacidad de desempeñarlos, como en el caso del ferrocarril.

Si falla el tren, si resulta que el costo de manejarlo es mayor que su ingreso, ¿adivine el adivinador de dónde saldrán los dineros para cubrir esos huecos?

Saldrán de los bolsillos de la gente, sea de lo que pagan como impuestos, sea a través de alzas de precios de lo que cada persona consume, hasta aquellos que a duras penas logran algo de comer  dado el desastre en que ha caído la economía nacional a causa de las inagotables ocurrencias del régimen.

Es fácil imaginar el propósito del “aeropuerto” del Pacífico

El ferrocarril del Pacífico, o como se le quiera llamar, encaja con los ofrecimientos que China viene haciendo a Panamá y a países centroamericanos, aunque hasta el momento no se haya realizado en ninguno.

Es seguro que muy pronto se verán cuadrillas de ingenieros, obreros, bodegueros chinos construyendo el ferrocarril a través de terrenos privados sin efectuar estudio ninguno sobre el impacto ambiental que ocasionen ya que la sumisa legislatura va a decretar dispensa de trámites con tal finalidad.

Una cosa, desde luego, es construir e inaugurar el ferrocarril, pero otra muy distinta es operarlo, pues se pondrá en servicio en un país que no ha podido ni siquiera administrar la flotilla de microbuses que quitaron al señor Catalino Miranda y sus socios.

Ese manejo no puede ponerse en manos de chinos que tienen que tratar con personas de condición modesta en su mayor parte que, hasta donde sabemos, ni hablan chino ni van a asistir en masa a academias para aprender chino.

La oposición política en la Asamblea se opone más que justificadamente tanto al ferrocarril como al aeropuerto de oriente, una pista de aterrizaje que no cuesta imaginar la clase de avionetas y carga que van a utilizarla...

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Nayib Bukele Opinión Proyectos Turísticos

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