Hay una esencial regla para aspirar a puestos en la actual administración del bukelismo: ser un “yes man”, alguien que sin chistar obedece lo que se ordena desde las excelsas alturas del poder, decir que es “azul” aunque sea color naranja, únicamente ver maravillas aunque la realidad muestre lo opuesto.
—¿Qué piensa, señor aspirante, sobre el bitcoin?
—¡Ha sido un atronador éxito; el ciento veinte por ciento de los salvadoreños están felices con el bitcoin, una iniciativa que coloca a nuestro país en la vanguardia financiera del mundo mundial!
—¿Qué piensa usted sobre el régimen de excepción y las masivas capturas que vienen realizando las soldadescas al servicio del régimen?
—Se trata de uniformados al servicio de la Patria que sin excepción están capturando a terroristas; me extrañaría que más de un uno por ciento sea inocente; a ellos se les suministran medicamentos y el trato no puede ser más gentil…
—Pero los cadáveres que se entregan a sus familiares muestran claras señales de tortura y vejámenes…
—¡Son viles falsedades, daños que ellos mismos se hicieron para borrar su culpabilidad! En todo el mundo mundial no hay cárceles con un trato más humano que las nuestras, como seguramente nuestra embajadora en Estados Unidos está demostrando a los congresistas de ese país…
Una de las entrevistadas para el puesto de Procurador de Derechos Humanos inclusive dijo que el régimen debe intensificar esas detenciones…
Justamente en estos días fue entregado a los familiares el cuerpo del sindicalista Leonidas Bonilla, a quien mantuvieron preso a toda costa, como ahora están haciéndolo con un tuitero que osó señalar a un miembro del clan supremo.
Los aspirantes al cargo de Procurador de Derechos Humanos —entre ellos el titular, al que parece que echarán sin rendirle las gracias por su obediencia sin límites— simplemente ignoran las abrumadoras denuncias de entidades internacionales que velan por los derechos humanos.
El agua de todos los mares no lava la sangre en sus manos
El Salvador, poco les falta decirlo, es “ejemplo de una sociedad progresista, donde abunda el dinero porque nadie roba, que se ciñe no solo a la letra sino al espíritu de las leyes” y etcétera, etcétera, etcétera. Son puras habladurías, dicen, de que en nuestro suelo hay presos políticos…
Pero callar lo que muchísima gente en nuestro suelo como entidades internacionales conocen y reiteradamente condenan, censuras que se divulgan tanto en el exterior como en el interior de nuestro país (ya que no puede taparse el sol con un dedo) y sabiendo que nadie medio informado sobre lo que sucede aquí puede ignorar, convierte a los procuradores de “derechos humanos” en cómplices, en partícipes de los continuos atropellos que se perpetran dentro de las tenebrosas cárceles del régimen.
Por ahora el actual titular de “derechos humanos” queda en lo interno como en lo externo con su reputación por los suelos, un hecho que va a perseguirlo por el resto de su vida…
Ninguna fiesta dura para siempre; tarde o temprano la música termina y hay que pagar su costo, en este caso el costo en sufrimiento, sangre derramada, vidas arruinadas. “El agua de todos los mares no puede lavar la sangre que cubre mis manos” (Macbeth), como en el caso del asesinato de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, en México, la justicia puede tardar pero llega; el fiscal que manejó el caso en ese entonces está siendo procesado y las autoridades van tras los responsables de esas muertes…