Apoderarse de los terrenos del “Parque de la Familia”, en Los Planes de Renderos, para construir allí instalaciones del Ministerio de Hacienda, muestra el desprecio de la dictadura por lo que pertenece a la comunidad, por lo que son espacios donde los capitalinos llegan a disfrutar en sus momentos libres, donde puedan estar bajo los árboles, ver la naturaleza, recibir un poco de sol.
Es increíble cómo se puede pensar en establecer oficinas públicas en una montaña a 12 kilómetros de la ciudad, a la que sin ninguna consideración los usuarios tendrían que subir en sus vehículos o en atestados autobuses, en medio de un tráfico intenso, para resolver sus asuntos fiscales.
Aparentemente y a causa del gran agujero negro en la Casona (con una fuerza gravitacional de un millón de soles) no hay dinero para comprar un terreno y construir allí el Ministerio, una obra que al adjudicarse a dedo, ojalá que no se venga abajo al primer temblorcito…
Como decimos, los parques públicos desempeñan una función vital en las ciudades de todo el mundo, pues permiten a la gente desestresarse, hacer ejercicio caminando en un ambiente tranquilo, meditar.
Literalmente el nivel de bienestar y de civilización de una urbe se mide en el cuidado que da a sus parques y espacios citadinos. París cuenta con el “Bosque de Boloña” para que la gente camine y descanse, como Londres con Hyde Park y Madrid con El Retiro, grandes espacios abiertos que se complementan con pequeños parques.
Los parques y pequeños bosques son los pulmones de las ciudades, los que atraen aire limpio y frescura al ambiente. Muchos salvadoreños recuerdan cómo octubre era un mes frío, con vientos intensos, como un pequeño otoño, hace más de 40 años, pero ahora nuestra estación seca es en extremo calurosa debido a la desaparición de parajes y zonas verdes por la deforestación y el descuido.
Los parques son para esparcimiento para que niños y adultos descansen
Los parques son esenciales para que los niños puedan correr, jugar, competir unos con otros, sudar y recibir algo de sol, como refrescarse algo cuando hace mucho calor. Es en los parques donde los niños juegan pelota y fútbol, un elemento esencial para alejarlos de la droga…
Un parque no es espacio para construir, no deben verse como lotes baldíos, como evidentemente los considera el régimen. Pero el interés público no cuenta: lo único que vale es servir para lo que las ocurrencias del momento decidan.
Prácticamente los parques de todo el país, incluyendo el parque Cuscatlán, las zonas verdes de muchas colonias, los parques nacionales… al elegir politicastros bienes públicos y privados quedan bajo riesgo, como robaron el Campo de Marte, un pulmón de la ciudad, para instalar en dicho lugar el Centro de Gobierno, al que por cierto no dotaron de espacios de estacionamiento. Además hay que recordar cómo lo que quedó de ese paraje, el Parque Infantil, fue deforestado parcialmente para abrir una estación al fallido Sitramss.
¿Qué espera a los salvadoreños con los parques nacionales (se robaron casi íntegro el bosque que hace muchos años dejó a la nación el filántropo don José María Villafañe) las playas públicas y el área verde alrededor del Salvador del Mundo?