De un día para otro el Parlacen, exhibiendo, no su gran sentido de la ética, sino una arraigada amoralidad, anuló como observador permanente a la democracia de Taiwán para entregarla a la dictadura china, la misma que faltó a su promesa de respetar la autonomía de Hong Kong, que impone mordazas a sus ciudadanos y comunicadores, persigue y secuestra disidentes refugiados en otros países para llevarlos a China, donde tantos “desaparecen” sin dejar rastro…
Lo más inquietante es que se ha informado que la dictadura está implantando puestos policiales en el mundo, disfrazados de lo que les convenga, para espiar instituciones y personas que en alguna forma se destacan.
Nadie asegura en Estados Unidos y otros países que el restaurante chino del barrio no opere en la sombra como centro de espionajes y de potenciales agresiones.
Los parlacenos, o como se llamen a sí mismos, con su teatral gesto se hacen “del ojo pacho” ante la masiva indoctrinacion que Xi Jinping está imponiendo sobre la población y, lo más grave, sobre niños y jovenes, un masivo lavado de cerebro (frase acuñada hace muchos años por un funcionario chino ) cuyo objetivo, como señalan los taiwaneses, es “amar a Xi y amar al partido comunista”.
En la China de Xi, señores parlacenos, cualquier persona que sea remotamente sospechosa de no “amar” la dictadura, está forzada a colocar cámaras de video en sus viviendas, volviendo realidad la estremecedora frase acuñada por el escritor británico George Orwell: “El gran hermano te vigila” (“Big brother is watching you”), como son los “soplones”en Cuba y todas las dictaduras del mundo.
Entérense, por si no lo saben, señores parlacenos, cómo se propagó el covid, culpable de tantas muertes y desastres económicos en el mundo:
Un médico chino, el doctor Li Wenliang, de Wuhan, donde opera un laboratorio que desarrolla cepas de toda naturaleza, advirtió de la amenaza de una particular variedad, lo que de inmediato fue condenado por el régimen (el mismísimo que los parlacenos han incorporado como “observador permanente” ) por “difundir falsos rumores”, encarcelando al médico, quien murió precisamente de covid.
Es rara la familia en nuestra saqueada región centroamericana que no haya sufrido en alguno de sus miembros infecciones de covid o de los males que las cuarentenas causan, entre ellos el que muchas PYMES se hayan visto forzadas a cerrar o reducir drásticamente sus operaciones.
El Parlacen acepta como “normal” los lavados de cerebro a la gente
Si cualquier persona pretende regir vidas ajenas, como el criminal de guerra y envenenador Putin —a quien se dirigen todas las miradas tras la muerte del mercenario Prigozhin—, es de inmediato rechazado o se califica de abusivo y es investigado por la policía, como el individuo que anduvo siguiendo y vigilando a la actriz Drew Barrymore.
Cada uno tiene derecho, como se consigna en la Declaración de Independencia, de buscar por sus medios la felicidad, lo que choca frontalmente con las imposiciones de Xi a sus connacionales, que se convierten a causa de ello en “siervos de gleba”…
Con su acto, los parlacenos están jugando con las libertades de nosotros centroamericanos, muchos golpeados por mafias y enloquecidas dictaduras que van tras curas, matan a disidentes y sofocan a sus pobladores…