Deseamos a la nueva presidenta de México, Claudia Sheinbaum, lo mejor en su desempeño, la primera mujer en el poder en una nación que tradicionalmente se ha considerado "machista" pero donde, como en la mayor parte del mundo, con frecuencia es la mujer la que lleva el control de un hogar.
La presidenta electa, que es una científica, se ha declarado de izquierda militante en una nación donde conviven en paz múltiples ideologías y que además tienen que contar con el concurso de muchos para enfrentar problemas comunes.
A México se le quiere mucho en los países al sur por su música, sus coloridas tradiciones, sus grandes artistas, su pasado... cuando llegaron los conquistadores españoles se maravillaron con Tenochtitlan, una Venecia del Nuevo Mundo, el lugar donde ahora se asienta la capital de la nación.
México ha sido muy generoso brindando refugio a personas que huyen de regímenes dictatoriales, países donde la tortura, las "desapariciones forzadas" y el horror de represiones masivas como las que tienen actualmente lugar bajo la narcodictadura en Venezuela espantan a todo ser civilizado.
Para muchos amantes del arte, en ningún otro lugar el barroco ha logrado el esplendor, colorido y gracia como en México, a lo que se agrega que la arquitectura actual ha alcanzado un brillo muy especial, casi único en el Hemisferio.
Como es natural en un territorio tan extenso como México, cada región tiene sus propias costumbres e inclusive hasta su lenguaje, como han descubierto con estupor los estadounidenses cuando llegan inmigrantes que no hablan español sino sus propios dialectos, lo que se da principalmente en las zonas fronterizas.
La presidenta Sheinbaum nos trae a la memoria la historia del gran mogul Akbar, que estando al frente de un gran imperio donde convivían muchos pueblos con distintas creencias y dioses, hizo de la tolerancia la clave de su éxito, a lo que se suma otro símil: la capital que construyó, Fahtepur Sikri, cercana a Agra, fue abandonada por la falta de agua... un desafío que enfrenta el "Gran México" en la actualidad.
La economía e industria reflejan la pujanza de los empresarios y los emprendedores de México, que quieren latir con la economía del mundo.
Es más que evidente que en ningún momento la presidenta Sheinbaum está para aplicar la receta marxista a su nación, más teniendo a la vista el desastre del "experimento cubano" bajo los Castro, lo que está sucediendo en China bajo Xi Jinping y a cuya censura atribuye el mundo la propagación del covid y menos al intento de resucitar una especie de neoestalinismo por el sanguinario y criminal de guerra Putin, que no tiene empacho en bombardear blancos civiles y escuelas de niños.
Las profundas raíces de izquierda de Sheinbaum tendrán alguna influencia, pero no definirán el curso de la nación. Con sus instituciones, México tiene vida propia independiente de sus gobernantes.
Resolver desafíos, lacras y amenazas solo se logra con el concurso de muchos
México es una tierra que se caracteriza por su colorido, su música, la libertad de las personas para buscar su propia felicidad y ya que, como en la canción de José Alfredo Jiménez, "cada uno sigue siendo el rey".
Pero asimismo la nación enfrenta la terrible lacra del crimen organizado, las mafias de la droga, el que bandas de delincuentes se adueñen de una ciudad, lo que solo podrá combatirse con el concurso de la buena gente del país, lidereada en buena parte por su Presidenta Sheinbaum, su clase empresarial, sus pensadores, intelectuales y obviamente por la gente "de a pie" que anhela vivir sin sobresaltos y con un grado de bienestar...