El lago de Coatepeque está seriamente contaminado, pues de los terrenos en su entorno arrojan aguas negras, basura y toda clase de desperdicios sin que hasta el momento ni las autoridades centrales ni el municipio respectivo hayan hecho algo para evitarlo o corregirlo.
Hace muchos años el agua era tan pura que la envasaban, pero en la actualidad ni siquiera el agua del centro del lago puede ingerirse sin riesgo, lo que además pone en peligro las mojarras, uno de los peces de agua dulce más sabrosos de todos los que conocemos, entre ellos la tilapia, que se cultiva en estanques a lo ancho y largo del territorio, pues inclusive hay quienes tienen pequeños estanques en sus casas para criarlas, alimentándolas con concentrados para aves de corral.
El único posible remedio es que las autoridades de Coatepeque multen a quienes arrojan aguas sin tratar el lago, clausurando las casas hasta que demuestren contar con lo necesario para purificar el agua.
Hace muchos años en Chicago se montó un sistema de tratamiento de aguas que era tan eficiente que el alcalde de entonces se hizo fotografiar tomándose un vaso del líquido, como por su parte la Reina de Holanda recientemente se puso a nadar en compañía de otras señoras en los canales, precisamente para demostrar que en muchos de ellos, debidamente señalizados, era seguro hacerlo.
Asegurarse de que las aguas de otras lagunas, lagunetas, del turicentro Los Chorros, de Atecozol sean lo suficientemente limpias para que personas y niños puedan bañarse en ellas sin riesgo es muy importante, lo que en parte se puede lograr sembrando ranas comestibles.
Hasta hace unos años los vecinos de ríos y riachuelos podían lavar su ropa y bañarse sin riesgo, lo que ahora ni siquiera es muy posible con el agua medio turbia que se sirve en cañerías, sobre todo desde la triste experiencia de los capitalinos en 2020 de recibir agua contaminada y por lo cual el funcionario encargado fue interpelado por la anterior Asamblea Legislativa y hasta insultado por altos funcionarios del régimen.
Por más que se proclame, el agua no puede suministrarse sin costo, pues hay que transportarla, agregarle cloro, usar cañerías en buen estado, lo que sobrepasa las posibilidades de cualquier gobierno en el mundo, a lo que se agrega el hecho de que si fuera un bien sin costo, gratis, las personas la desperdiciarían sea descuidando su uso en viviendas o utilizándola para regar jardines, lo que se debe hacer con agua recogida en cisternas para tal fin.
A lo anterior se suma otro gran contaminante que se debe controlar: las aguas residuales de ciertas industrias que se vierten a ríos y corrientes de agua sin tratamiento cuando se requiere.
Hay dinero para una pista de avionetas pero no para construir reservorios
En la actualidad, cuando no hay recursos para emprender y finalizar los trabajos en el Hospital Rosales, no se puede esperar mucho del régimen, que se ocupe de limpiar y suministrar agua a la población, lo que por su parte el municipio de Coatepeque sí puede vía sanciones para poner fin a los abusos de los propietarios de casas, bares y moteles o cualquier contaminante.
El buen Dios ha bendecido a los salvadoreños enviándonos mucha, muchísima agua en cada invierno, pero el régimen tiene dinero para edificar un “aeropuerto” para avionetas pero no para iniciar la construcción de reservorios de agua en partes estratégicas del territorio...