Un energúmeno en Texas masacró a cinco miembros de una familia hondureña vecina, incluyendo a un muchachito de ocho años, después que la madre fuera a pedirle que no hiciera prácticas con su rifle de asalto porque no dejaba dormir a un bebé en la casa.
El individuo se dio a la fuga, seguramente armado, dando inicio a una búsqueda (“manhunt”) por la policía de Texas, cacerías que casi siempre terminan con el criminal o con grilletes o abatido a tiros. Fue capturado el martes 2 de mayo. Las matanzas con armas de fuego de distintos calibres, pero sobre todo con fusiles de asalto, M-16 y el AK47, se han convertido en una epidemia en la nación, lo que ha llevado a que varios estados —el último de ellos Montana (la anglicización de “montaña”)— prohíban esa clase de armas y se den a la tarea de decomisarlas.
La obsesión de comprar toda clase de armas se da en personas de todas las edades. A un joven de 21 años capturado por infiltrar computadoras en el Departamento de Defensa le encontraron un arsenal en su dormitorio, arsenales que “a la hora de las horas” de nada sirven, ya que es prácticamente imposible cargar con más de dos o tres piezas en un asalto.
Que para protegerse una familia tenga un rifle de casa o pistolas se explica, más considerando que la mayoría de viviendas en Estados Unidos no dispone de mayor protección en puertas o ventanas. Pero tener una pistola en casa también puede llevar a que un niño la lleve a la escuela y mate a alguien, como sucedió hace poco en Virginia, siendo la víctima una maestra.
En lo que va de 2023, las autoridades han registrado más de 150 tiroteos en distintos estados, con múltiples víctimas mortales, sin contar refriegas eventuales, lo cual se atribuye a la facilidad para adquirir armas en la Unión Americana.
Comprar un arma es muy difícil en ciertos países y relativamente fácil en otros, todo dependiendo de la seguridad o inseguridad que haya en un ambiente, país o región.
La historia misma de Estados Unidos refleja los motivos por los cuales muchos se vieron forzados a tener un arma, pero en muchos pueblos del “Viejo Oeste” los sheriffs obligaban a las personas que entraban a sus pueblos a depositar con ellos las armas, siendo la más famosa el revólver Colt calibre .44. Se decía en ese entonces que “Dios y Sam Colt (inventor y fabricante de ese revólver) “hicieron a todos iguales”, lo que obviamente es muy relativo.
Más y más hay un rechazo por la venta de armas de asalto
En varios países se han lanzado, con relativo éxito, programas para recomprar armas, reducir su tenencia. Mucho se adelantaría además si se busca a los que compraron armas de asalto, municiones en demasía, o muchas de ellas, para que la policía visite esos domicilios y decomise lo que obviamente no tiene sentido poseer.
Hay en nuestra América matanzas con armas de fuego, pero jihadistas enloquecidos han acuchillado personas; fue con una daga que un musulmán enloquecido atacó a Salman Rushdie, el notable escritor británico de origen indio, haciéndole perder un ojo, por unos versos que escribió en su juventud.
En la ciudad de Nueva York portar armas es delito; en otros lugares y en ciertos centros comerciales no sólo se prohíbe portar un arma, sino que hay perros entrenados para detectar quién la lleva consigo, como en los aeropuertos se usan perros para detectar droga.