Para comprar “a dedo”, sin someterse a fiscalizaciones de ninguna naturaleza, el régimen bukelista aprueba una ley de compras estatales que sustituye a la ley LACAP, cuyos controles y requisitos le estorbaban y por la que hacía toda clase de argucias para saltársela y hacer “compras directas”.
La LACAP, una espina en la espalda del grupo en el poder, ha sido anulada por disposición de la Asamblea de sumisos y sus incondicionales, abriendo las puertas para toda clase de sinvergüenzadas.
Funcionarios que compran a precios inflados, favorecen a sus parentelas y amigatelas, reciben comisiones debajo de la mesa, es una sucia práctica que por desgracia carcome al país desde hace muchos años… Comprar una propiedad al doble de su precio real e ir rucu-rucu con el dueño, adquirir objetos de mala calidad pero elaborados por el chero o el pariente, ir a Sinaloa (sí, Sinaloa, la región donde opera un infame cartel de la droga) a comprar granos a un precio por encima del mercado y cuando tales granos están disponibles en El Salvador, todo esto se viene haciendo desde hace rato, como cuando se adquirieron insumos médicos de una fábrica de repuestos automotrices en España.
En buen español, el régimen no quiere dar cuentas a nadie de lo que hace y aunque las personas con medio dedo de frente se den cuenta de los chanchullos, aunque dado que la mayoría de bípedos en nuestro país no se distingue por su capacidad crítica, el saqueo se perpetúa.
La diputada Claudia Ortiz ha sido muy clara al exponer “los alcances” de una ley que autoriza el robo vía compras amañadas, al decir: “Lo que estamos viendo es la legalización de la vivianada (sinvergüenzada) que hemos visto en malas prácticas de compras y contratos públicos en años anteriores de esta administración”.
Sólo hay que ver que la ley establece la creación de una entidad —que se denomina autónoma, pero que seguramente responderá a Capres— que estará por encima de las instituciones y podrá contratar y decidir por ellas. Además, funcionarios podrán ser ofertantes de bienes y servicios para el Estado, por una conveniente ambigüedad de la misma ley, señalada por la oposición.
Por si fuera poco, los “proyectos estratégicos” definidos por el Consejo de Ministros estarían exentos de dicha ley y de cualquier control.
Cuando nadie roba, el dinero abunda y los países se desarrollan
¿Cuál fue el propósito de la Ley LACAP cuando fue promulgada? Aunque perpetrar sinvergüenzadas debe ser la más vieja profesión del mundo —más aún que la conocida por todos— lo que se buscaba con la LACAP era evitar que se usaran materiales de calidad inferior para construir, elaborar equipos diversos, que se adjudicaran obras o el suministro de bienes que no cumplan con las debidas normas de garantía, que el puente no se inunde como sucede en invierno al inicio de la carretera al Puerto de La Libertad.
No era perfecta y los corruptos buscaban cómo evadirla, pero la LACAP tenía como propósito asegurarse de que la reparación de calles, la construcción de caminos, el mantenimiento de obras diversas fuera realizado por grupos experimentados, no por las cuadrillas formadas por el sobrino de un allegado al régimen…
El saqueo actual no tiene límites ya que ley tras ley decretada por los sumisos eleva costos de operación, como fue el impuesto del cinco por ciento a los seguros que “se destina a los bomberos”, elevar las multas de tránsito y amenazar a quienes no las pagan con negarles la extensión del DUI… Éstos literalmente van de barbaridad en barbaridad, a lo que se agrega que llevan al país a contraer más deuda para pagar deuda, la de los bonos y a saber cuántas más…
¿No que “el dinero alcanza cuando nadie roba…”?