El embajador de Irán en España no estrechó la mano de la Reina Letizia porque “su” religión le prohíbe tocar en público a una mujer que no sea de su familia…
El hecho asombra por dos motivos:
—el primero, que España mantenga relaciones con un régimen que ahorca a disidentes y castiga con salvajes penas a mujeres por no llegar “debidamente” un trapo en la cabeza que les cubra todo el cabello;
—se ha denunciado que Irán fomenta el terrorismo en todo el Medio Oriente, agrede a sus vecinos y suministra drones a Rusia para atacar a Ucrania, un país democrático bajo la embestida del envenenador y asesino Vladimir Putin.
Hezbolla, la banda terrorista que se dice que es financiada por Irán , intenta romper el pacto político de Líbano entre cristianos y musulmanes, que se basa en la distribución del poder entre ambos, ya que en Líbano han coexistido pacíficamente cristianos y musulmanes por generaciones.
Líbano —es del caso agregar— atesora un conjunto arquitectónico de singular belleza, Baalbek, edificado por el emperador Adriano.
Aunque no en lo individual, las manos de individuos ligados al régimen iraní —como es un embajador— están manchadas de sangre, sangre que “el agua de todos los océanos no puede lavar”, pues es la sangre de personas inocentes, de los ejecutados por la “Guardia Revolucionaria” como el campeón de karate y el atleta que ayudaba a niños, además de la pena de nueve años de cárcel y quince latigazos impuesta a una actriz por transmitir sin el trapo en la cabeza.
En España, como en toda democracia, la población viste como le viene en gana siempre que guarde un mínimo de decoro, pues nadie entra a un templo en traje de baño, ni visita una mezquita sin quitarse los zapatos.
Pero los enloquecidos ayatolas iraníes, colocados en el poder por obra y gracia del malvado ex-presidente Carter, de Estados Unidos, masacran a su antojo a los pobladores, que están hartos de vivir bajo un despotismo irracional.
Al igual que en España, en Estados Unidos un embajador de Irán representa a su país, que recurre a toda clase de malabares para justificar las matanzas del régimen que representa, justificar lo absolutamente injustificable.
Uno a uno fueron desapareciendo los que opusieron la dictadura china
Las dictaduras a lo largo del mundo recurren a toda clase de sofismas para justificar su corrupción, las torturas que aplican a disidentes, los horrores y derramamientos de sangre que sus acciones provocan.
Ernesto Muyshondt, un preso político del bukelismo —como son presos políticos las personas inocentes que mantienen encarceladas— está hospitalizado como consecuencia de la huelga de hambre que inició, ya que no hay más justificación para estar preso que el caprichito del dictador, que con eso pretende enviar un mensaje a todos los que tengan el atrevimiento de enfadarlo…
Como advirtió el cantante Sting a las personas que acudieron a escucharlo en Varsovia, la democracia está bajo acoso en el mundo, bajo el acoso de desquiciados mentales que creen poseer la fórmula de la felicidad y aplicarla.
La “fórmula” consiste en ordenar a la gente en un país a no pensar, a seguir el carro de déspota como recuas…
Una disidente china se reunió con un pequeño grupo de amigos que montaron una pequeña protesta contra la dictadura de Xi Jinping, pero uno a uno sus amigos fueron “desapareciendo”, hasta que le llegó el turno a ella…