Millones de personas creen que una copa (o más) de vino tinto ayuda a proteger su corazón y su metabolismo, aunque hay más formas de ingerir antioxidantes.
Otros no desperdician la oportunidad de embriagarse con licor a lo "Guadalupe-Reyes" y si no se saben controlar pasan de bebedores sociales a alcohólicos consuetudinarios, de acera y cuneta. Hay familias en las que el alcoholismo afecta a la mayoría de sus miembros como a la inversa: no les interesa el alcohol y no lo consumen en demasía, fuera del ocasional brindis en bodas y promociones de cualquier naturaleza.
Una de las pocas cualidades del futuro presidente de Estados Unidos Trump es, en sus palabras, no haber nunca probado licores, "no me interesan": el se siente muy feliz tomando una conocida bebida en su versión "dieta", la que consume cada vez que le da la gana.
A la inversa sabemos de muchos y muchas que a los noventa y tantos años "no perdonaban" su copita antes de cenar, lo que indica que hay constituciones físicas que lo toleran.
La buena guía la sentaron los griegos en su Edad de Oro: nada en exceso, todo con moderación, pues los vicios siempre están al acecho de gente sin la convicción interna o la resistencia para no caer en el horror que son el alcoholismo y los estupefacientes, una de las grandes plagas en nuestro pobre país.
Fumar es otro endiablado vicio que lentamente va envenenando todo el organismo, al extremo que se ha descubierto que continúa actuando después que una persona muere.
En un caso que conocemos, un adulto mayor pidió a un ahijado "que se acostara en el suelo", lo que aquél hizo un tanto extrañado...
"Cuando una persona cae en un vicio, indistintamente el que sea", prosiguió, "termina durmiendo en aceras donde escupen sobre él y hacen cosas peores", pues no siempre se cuenta con una familia que tolere esos excesos, más aquellos adultos que no supieron despertar buenas costumbres en sus hijos.
Es esta la grave tragedia de los "sin-casa", los homeless en el primer, segundo y tercer mundos. A causa de los politicastros, en nuestro país y después de haber alcanzado un rango de "segundo mundo en ascenso" ahora estamos descendiendo al cuarto o quinto...
Procuremos cumplir la máxima romana: "Carpe Diem", cuida tu día y tu vida
Según las estadísticas del Observatorio Nacional de Seguridad Vial, entre el 1 de enero y el 5 de diciembre se contabilizan 1.192 muertes frente a las 1.142 de 2023, una diferencia al alza de 50 casos. El promedio diario de muertes en accidentes en 2024 es de 4 casos, superior al de 3 registrado en el 2023 en las mismas fechas.
Las autoridades también registran un aumento en los lesionados en accidentes viales con 11.010 en el presente, una diferencia de 934 heridos más con respecto del año anterior.
No pasa día en que por culpa del alcoholismo un motociclista se estrelle contra un árbol y muera, un individuo "con sus tragos" se precipite en un barranco y se mate con personas de su familia, una mujer borracha atropelle a personas buenas...
El alcohol en exceso y las drogas son demonios, motivo por el cual hay pueblos que prohiben o restringen su consumo como entre los musulmanes, aunque tal "virtud" se opaca con el trato discriminatorio hacia la mujer, lo que en el caso de los enloquecidos talibanes lleva a extremos..
Mientras más fuerte sea la bebida alcohólica, más grave son los perjuicios que ocasiona: tomar una copa de vino tiene menos riesgos que "echarse" varios tragos de vodka o martini.
Es responsabilidad de cada persona cuidarse, evitar "tentaciones" de la clase que sean, procurar que cada día sea positivo y aporte buenas cosas, cumpliendo el precepto de los antiguos romanos del "carpe diem"...