Fue condenado a muerte un ciudadano británico-saudí por difundir mensajes críticos de la Casa Real de Arabia Saudita, lo que literalmente le da el carácter de un suprema blasfemia contra “la divinidad”, característico del Medio Oriente, como se ha dado en Egipto, en Irán después de la caída del Sha y que se instalara en el poder a enloquecidos ayatolas que persiguen, al igual que los talibanes, a las mujeres, forzándolas a estar recluidas en sus viviendas y negándoles educación.
El criminal de guerra y homicida serial Putin, a quien se dirigen las miradas tras la muerte del jefe mercenario Yeguevni Pregozhin, o elimina a sus críticos o los hunde por años en la cárcel por cuestionarlo, en igual forma como actúan el dictador chino Xi Jinping, la narcodictadura venezolana, Ortega, muchos de los militares que toman el poder en África y los que dirigen acosos contra periodistas en nuestro suelo.
La libertad de expresión tutela el resto de libertades al alertar sobre abusos y violaciones a los derechos de otros; si una persona es víctima de un atropello de parte de un funcionario de cualquier clase, la única manera de defenderse es acudir a los órganos de difusión para exponer lo que ha sufrido.
Los regímenes absolutistas, “híbridos” e inclusive las “dictaduras ligeras” —una expresión que debe tomarse “con un grano de sal”— pretenden que sea “su verdad” la que prevalezca, lo que equivale a encerrar a la población entera de una nación en un recinto cerrado, literalmente sin luz, lo que desde muchos puntos de vista es imposible, ya que las emisiones internacionales, el internet y otros medios informan sobre lo que sucede en el mundo además de dar cuenta de las violaciones a los derechos de la gente perpetrados precisamente por esos regímenes.
De allí que en Cuba, el régimen instituido por un asesino megalómano, escuchar emisiones extranjeras es un delito, a lo que se agrega un hecho: aunque no se conozca exactamente lo que está sucediendo en una nación, la “vox populi” se encarga de informar parte de lo que los despotismos tratan de tapar, como en nuestro suelo las promesas del régimen de “mejorar 5,150 escuelas” —como ofreció exactamente un día como hoy hace un año— se desmienten con las fotografías y las quejas de maestros, padres de familia y escolares.
Pese a todos esos meneos la verdad rompe las tinieblas…
En nuestra reciente edición digital se publicaron imágenes de centros escolares en ruinoso estado, a lo que se suma que sean los maestros y padres de los alumnos los que en la mayor parte de casos financian la conexión a Internet.
Bien se dice que “no es posible tapar con un dedo la luz del sol…”.
Para contrarrestar tal realidad los despotismos echan mano de campañas publicitarias masivas, para hacer creer a muchos y particularmente a los nulpensantes que está tal o cual país en el mejor de los mundos, que el timonel del navío está en manos de un sabio navegante…
Pero las crecientes carestías de la canasta básica, las quejas de los niños que cuentan a sus padres la situación de los centros escolares donde asisten, las imágenes que son imposibles de suprimir, las denuncias de entidades foráneas abocadas a defender los derechos humanos y denunciar violaciones como han puesto la mira en esta saqueada tierra nuestra.
No hay suficientes reservas de frijoles para asegurar la “seguridad alimentaria de la gente…”