En un pequeño país”, Líbano, Estados Unidos ha iniciado la construcción de lo que será una enorme embajada, lo cual, a nuestro juicio, se debe a muy importantes hechos:
—el primero, en Líbano funciona una universidad estadounidense, donde se forma en distintas disciplinas a muchos profesionales del país y del Medio Oriente;
—el segundo, Líbano es un enclave de intereses franceses en la región, como lo demuestran las visitas recientes del presidente Macron, quien además ha reclamado a los ayatolas iraníes por el apoyo que éstos dan a Hezbolá, una banda terrorista que pretende romper el balance entre cristianos y musulmanes, que coexisten políticamente y se alternan en el poder;
—el tercero, Estados Unidos sabe que el Medio Oriente es un foco permanente de agitación, que el Sha de Irán mantuvo bajo control hasta su caída, después de lo cual ese país pasó de ser una potencia regional a un santuario del terrorismo, que además de torturar y ejecutar a opositores por actuar contra “dios”, fabrica drones que suministra a Rusia para atacar a Ucrania.
Irán, asimismo, pretende desarrollar un artefacto atómico para destruir a Israel y chantajear no sólo a sus vecinos sino a todo el Medio Oriente.
Un gran centro de inteligencia y de comando situado al lado donde operan fuerzas militares estadounidenses y sin los lógicos inconvenientes de las grandes diferencias de horario desde un continente a otro (ya que no es igual tener personas tomando decisiones a medianoche en Nevada que hacerlo a horas “normales”, cuando todos siguen sus ritmos biológicos, sin agotamiento).
En el Medio Oriente, Estados Unidos tiene destacados buques de guerra, submarinos, portaaviones con los que puede mantener contacto en la misma zona horaria y acoger en cuestión de poco tiempo a oficiales de distinto rango, darles un pequeño respiro e inclusive reunirse con sus familias, a lo que se suma el hecho de poder mantener mayor vigilancia sobre el Mar Negro, que Rusia pretende ser “su mar” y lo que llevó a Stalin a someter a las naciones que lo bordean y las que, según el embajador chino recién nombrado en Francia, seguían siendo “parte” de Rusia, de lo que luego fue obligado a retractarse.
Las señales son claras: Putin tiene sus días contados
La agresión del criminal de guerra y envenenador Putin a Ucrania parte de un intento de reconstruir el viejo pero despanchurrado imperio soviético, amenaza la paz mundial, lo que justifica que Estados Unidos forme sus propios centros de operaciones lo más cerca posible, en igual zona horaria.
Es obvio que a Putin el juego le falló miserablemente, como lo demuestra el ataque con misiles al Kremlin, ataques no realizados por Ucrania sino que y por la señales que se tienen, por grupos disidentes, como los hubo desde siempre en Rusia.
A esto se suma la creciente rebeldía de soldados rusos en el frente de Ucrania, que se dan perfecta cuenta de ser la “carne de cañón” que se manda a la muerte por la ambición del sicópata Putin y huyen despavoridos, de lo cual se está quejando la banda mercenaria Wagner y no sería extraño que a muy corto plazo busque deshacerse de Putin y hacerse con el poder en Rusia…