Netanyahu en Israel y Modi en la India están valiéndose de toda suerte de estratagemas para mantenerse en el poder, víctimas del embriagante, insuperable narcisismo que afecta a tantos políticos en la actualidad, desde Trump y López Obrador hasta el aspirante a sultán vitalicio en nuestro suelo.
Como preguntaba al espejo la bruja en el cuento infantil de Blanca Nieves ¿quién es la más bella? Pues el más bello no es Ghandi sino Modi…
Los meneos al respecto van desde cambiar ordenamientos constitucionales para impedir que las cortes los remuevan hasta meter en prisión a sus oponentes, como ha hecho Modi al acusar de difamación a su principal opositor, pese a que hasta “mentarse la madre” es lo usual en toda campaña.
Según la acusación a Gandhi (un apellido muy común en India) al haber preguntado a su audiencia en un discurso de campaña “¿cuántos ladrones de apellido Modi conocen?” —una alusión a reales o imaginarios actos de corrupción del mandatario — se cae en grave difamación, lo que es muy relativo pues Modi ha sido muy criticado por usar grandes cantidades de dinero en una real o supuesta renovación de Nueva Delhi, la capital del país que colinda con la “Vieja Delhi”, la zona llena de tugurios donde viven millones de personas.
Tales costosas renovaciones —no cuesta imaginar— son un importante capital político para Modi.
Netanyahu, por las señales que se tienen, antepone su ansia por mantenerse en el poder a cualquier costo, por sobre el interés colectivo que es preservar la democracia y el Orden de Derecho en Israel. Cada semana enfrenta protestas multitudinarias contra su obsesión de pasar una ley que le otorga plenas facultades sobre la independencia del poder judicial y el nombramiento de jueces, lo cual, como se ha visto en esta tierra, es el primer paso para entronizar dictaduras.
La más reciente movida es la aprobación por la legislatura que controla su coalición partidista, de una ley que vuelve casi imposible echarlo del poder.
Netanyahu, que muestra los aires de personalismo y absolutismo de Donald Trump, es hermano menor del héroe que murió en 1976 rescatando a los israelitas secuestrados en un vuelo que fue llevado al aeropuerto de Entebbe, en Uganda, gobernada en aquel entonces por el grotesco dictador Idi Amín, “el último rey de Escocia” como se presentaba el gorila. Por cierto, ahora este aeropuerto está bajo control de China.
Pero mantener la democracia como el rasgo decisivo de Israel ante el mundo, como asimismo para la India, está por encima de toda otra consideración, más tomando la animosidad de tantos en el Medio Oriente y principalmente de parte de los enloquecidos ayatolas iraníes, que “juran”, al igual que en su momento el genocida Hitler, aniquilar la nación.
Hay que liberar a la mujer de los atropellos “religiosos”
Solo una democracia por encima de todo otro interés puede contribuir tanto a lograr una convivencia con los palestinos por una parte como contener la creciente belicosidad de China comunista contra el mundo entero y más frente a India, la nación más populosa del mundo.
Como venimos señalando, las naciones democráticas —aun las amenazadas como Estados Unidos por alguien, Trump— están muy por encima de la cofradía de delincuentes, como la alianza sellada entre Xi Jinping y el criminal de guerra y envenenador Putin.
La democracia, que se fundamenta en el Orden de Derecho, las libertades individuales y la racionalidad es la única alternativa tanto para hombres como para mujeres, y lo decimos por las truculentas costumbres que las discriminan, las tapan con trapos y les niegan la educación en los países musulmanes, un horror que debe corregirse en bien de la humanidad entera.