El más reciente desmán de los enloquecidos ayatolas iraníes ha sido condenar a la actriz Taraneh Alidoosti a nueve años de cárcel y quince latigazos por salir en una transmisión sin el trapo en la cabeza, lo que lleva a la lógica interrogante:
¿Qué diablos tienen ciertas sectas musulmanas contra el pelo de la mujer que se vuelven locos condenando a quienes no porten el velo en tal forma que les cubra totalmente su cabellera? O como ellas mismas dicen en Afganistán, “nunca les hemos hecho nada malo a los hombres como para ser maltratadas y perseguidas en la manera como lo hacen”, partiendo de una realidad esencial: “Sin nosotras no habría hombres pues ellos se gestan en nuestros vientres…”.
Cuando Christiane Amanpour quiso entrevistar desde Nueva York al cabecilla de la teocracia iraní, la entrevista no se realizó porque el enloquecido exigía que se cubriera la cabeza…
El desprecio del régimen iraní hacia las mujeres quedó nuevamente expuesto cuando en una recepción con el Cuerpo Diplomático el embajador de Irán ante España, Hassan Ghashghavi, saludó con un apretón de manos al rey Felipe VI e ignoró a su esposa, la reina Letizia, quien, sin embargo, se mostró ecuánime ante el desaire.
La gran y recordada periodista italiana Oriana Fallaci escribió un libro denunciando los atropellos de ciertas bandas de musulmanes a la mujer en general, usos que el Príncipe Heredero de Arabia Saudita está eliminando como trabajar en oficinas al lado de hombres, conducir un vehículo y poder estudiar en el exterior.
Los individuos cuyos actos causan graves daños a un colectivo debe responder por ello, como fue entregar Irán a un grupo de clérigos enloquecidos, que en estos momentos están reprimiendo a sangre y fuego a un pueblo harto de sus desmanes, que busca emanciparse y vivir en una democracia.
El derramamiento de sangre y las ejecuciones que tienen lugar en estos momentos en Irán fue propiciado por la administración Carter en 1979.
Asesinando pretenden mantener una teocracia medieval e irracional
Los iraníes no sólo persiguen a sus “súbditos” y condenan a muerte sin chistar a quien se les antoja, sino que además sostienen grupos terroristas en el exterior, como Hezbolla en el Líbano, que pretenden romper el pacto que permite que un cristiano ocupe la presidencia del país.
Los enloquecidos ayatolas ya ahorcaron a un campeón de lucha, a un campeón de fisicoculturismo y karate, así como a otro atleta que además enseñaba sin costo a niños…
Como se dice, “estos son lodos de aquellos polvos” de los que hablamos antes.
Pero sus malévolos propósitos van más allá de mantener sometido a su país, sino que quieren ser una potencia nuclear también para chantajear al mundo. El jefe de la Agencia Internacional de Energía Atómica, Rafael Grossi, advirtió que Teherán ha acumulado suficiente material para “varias armas nucleares ”.
Lo anterior demuestra que no les importa que el pueblo se muera de hambre con tal de imponer su locura. Radio Francia Internacional informó que la economía iraní está sumida en una grave crisis con una inflación oficial que supera el 46%, mientras que la de los bienes de consumo diario alcanza el 70%. A esto se agregan las sanciones impuestas por EE.UU. desde 2018.
Desde septiembre, cuando arrancaron las protestas masivas, la moneda iraní ha perdido más del 30% de su valor, lo que repercute directamente en todos los productos.