El papa Francisco condenó el sábado en Malta la actuación de “algún poderoso” encerrado en “intereses nacionalistas”, refiriéndose al “viento gélido de la guerra” procedente de “Europa del Este”, en una clara alusión a Putin.
“Pensábamos que las invasiones de otros países, los brutales combates en las calles y las amenazas atómicas fueran oscuros recuerdos de un pasado lejano. Pero el viento gélido de la guerra, que sólo trae muerte, destrucción y odio, se ha abatido con prepotencia sobre la vida de muchos”, declaró el Pontífice en visita al archipiélago mediterráneo.
El Papa, de 85 años, no anduvo con vueltas en un discurso pronunciado en La Valeta ante el presidente maltés George Vella y el cuerpo diplomático y denunció también las “seducciones de la autocracia”, los “nuevos imperialismos” y la “agresión generalizada”, apuntando a quienes “avanzan para sus propios fines, en busca de espacios y zonas de influencia”.
En los días previos, el Pontífice recordó a Caín, el protagonista del primer asesinato que reseña la Biblia, aludiendo siempre a Putin y lamentando las masacres de ucranianos que ha dejado el ejército ruso a su paso.
Mientras, como genocidio califica el presidente Volodimir Zelenski la brutal agresión del criminal de guerra Putin contra su país, en un ataque no provocado que está dejando decenas de miles, se llega a calcular que son más de cien mil los muertos durante la agresión, entre ellos cerca de quince mil soldados rusos, pese a que la cifra oficial del Kremlin únicamente habla de menos de quinientos.
Pero los rusos muertos que ha ido recogiendo Ucrania, que son embolsados y que luego se colocan en coches de tren refrigerados, apuntan a pérdidas mortales cercanas a los quince mil, a lo que se suman los lisiados y heridos de guerra.
Ucrania ha abierto un canal para que ciudadanos rusos pregunten por sus seres queridos, pero dado que sus comandantes retiran la identificación de los soldados antes de enviarlos a un operativo, son menos de cien los que han podido identificarse y colocar sus nombres en un blog que pueden consultar sus desesperados familiares. Las bajas del ejército ruso incluyen a cerca de diez generales....
Al genocida Putin no lo mueven las penurias del pueblo ruso
Las dos más connotadas dictaduras del momento, la rusa y la china, operan al lado de despotismos menores, comenzando por el de Bielorrusia, desde donde se abastece a la tropa rusa, como los despotismos de todo tamaño que son la pesadilla de los pueblos que las padecen, incluyendo el régimen en nuestro país, que ha caído en combatir la delincuencia con los fallidos métodos fracasados de tiempos recientes, agregando violencia física contra los detenidos.
Rusia enfrenta no sólo a un ejército motivado y efectivo, sino las consecuencias de las sanciones impuestas por Estados Unidos, Europa y otras democracias, que están agravando la situación del común de los rusos, que no parece importar al genocida Putin, que además de pretender anexar y dominar Ucrania, quiere hacerlo con las repúblicas bálticas, con Bulgaria, Rumania...
El genocida ha resistido en el pasado presiones internas; por decirlo, los sufrimientos, carestías, problemas, el deterioro del nivel de vida de la población, no le disuaden de su gran sueño de ser el poder dominante en Europa, de restablecer el viejo imperio estalinista, imperio que se derrumbó con la humillante derrota en Afganistán.