El Salvador tiene un papel de gran relevancia en la crisis alimentaria que amenaza al mundo a causa de la guerra que Putin inició en Ucrania. “Con su apoyo se podría intentar llegar a un acuerdo en las negociaciones en Naciones Unidas que facilite la salida del grano ucraniano de sus puertos, tratando así de evitar una crisis alimentaria a escala mundial”, afirman cinco embajadores europeos en una columna de opinión publicada en El Diario de Hoy.
El artículo está firmado por los embajadores François Bonet, de Francia; Carlos de la Morena Casado, de España; Edoardo Pucci, de Italia; Peter Woeste, de Alemania, y François Roudié, de la Unión Europea, funcionarios distinguidos que a lo largo de su desempeño en nuestro país han demostrado su interés por la situación de la gente, promover lo que contribuya al desarrollo y mantener contacto con personas y entidades representativas de la Nación.
Ya entes, en declaraciones exclusivas a este periódico, el presidente de la Unión Africana, Macky Sall, quien representa a 54 países africanos, alertó del grave riesgo de una hambruna de impredecibles consecuencias en ese continente, en el Medio Oriente y con repercusiones en el resto del mundo, como está ya afectando a El Salvador con el incremento en los precios de los combustibles y de los alimentos esenciales.
De entrada la agricultura salvadoreña fue muy golpeada con las compras que el ex-ministro Anliker hizo a mercaderes de Sinaloa, lo que está causando sufrimiento en los grupos de menor ingreso, pues a raíz de las disposiciones del régimen, cerca del cincuenta por ciento de la población es pobre, a lo que se agrega el alza en el costo de los transportes, que afecta el precio de la producción agrícola al acceder a los mercados del país.
La insania de Putin, un criminal de guerra y envenenador que supera el nazismo, se manifiesta en sus ataques a los campos de siembra de Ucrania, en igual manera como los mongoles destruyeron los sistemas de irrigación de Sumeria, que nunca, en los diez siglos transcurridos fueron recompuestos por los iraquíes.
No se puede ser indiferente ante lo que amenaza a la humanidad
Uno de los mensajes implícitos en la columna de los embajadores es que los gobiernos de toda nación deben hacer todo lo que esté a su alcance para promover el desarrollo y el bienestar, muy al contrario de lo que está sucediendo en nuestro país, en Nicaragua, Cuba, en Corea del Norte…
Día a día nos enteramos de las atrocidades de Putin y las soldadescas rusas contra objetivos civiles, siendo la última la desgarradora escena de un padre ucraniano llorando sobre el cadáver de su hijita de seis años, víctima de un bombardeo ruso. Tales escenas son lo cotidiano, como el ataque a una estación de trenes, o el asesinato de un ciclista ucraniano, un crimen por el cual el hechor, que fue aprehendido, ha sido condenado a prisión perpetua.
El objetivo de Putin es debilitar la economía ucraniana y hacer pasar hambre a los países más vulnerables, para responsabilizar al mundo occidental de una guerra que él ha empezado. Aproximadamente 70 países con una población de 1,200 millones de personas ya estaban en una situación vulnerable, en la que el cambio climático y la pandemia habían afectado seriamente a las cadenas de producción.
La consigna que los militares rusos dan a sus tropas es robar, violar, aterrorizar, un libreto que las tropas invasoras en Ucrania siguen al pie de la letra, pero literalmente el tiro les ha salido por la culata, pues se calcula que los muertos rusos, a lo que se suma un gran número de lisiados, son cerca de treinta mil, incluyendo una veintena de generales y coroneles.