Si Putin quiere que Europa levante las sanciones en contra de Rusia, primero debe ordenar la retirada incondicional de sus tropas de Ucrania, advirtió la Unión Europea con toda energía, una posición distante diametralmente de la pasmosa complacencia en Estados Unidos.
La posición europea sale al paso de las maniobras para "manipular" y "retorcer" los respectivos acuerdos alcanzados entre Moscú y Kiev con Estados Unidos en Riad, capital de Arabia Saudí, para suspender los ataques contra infraestructuras energéticas y asegurar la libre navegación en el Mar Negro.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, reprochó que Rusia condicione esa navegación al levantamiento de las sanciones en su contra por la invasión a Ucrania, lo cual sólo muestra una vez más el cinismo Putin, al que no le ha importado que la invasión a Ucrania haya costado la vida a centenares de miles de rusos y de ucranianos con tal de lograr el sueño de recomponer el Imperio Ruso como existió bajo Stalin y convertirse en el nuevo "zar".
Naciones que en la actualidad son libres y en gran parte miembros de la Comunidad Europea, como Polonia, Bulgaria, Albania, los países bálticos (Latvia, Estonia y Lituania), según Putin son pueblos que "se han separado de la matriz", que tienen autonomías que no les corresponden. En tal sentido, todo el Mar Negro lo considera como "ruso".
Putin no tenía esperanzas de avanzar más sobre Ucrania hasta la llegada de Donald Trump al poder, que ha oxigenado y hasta empoderado al carnicero humillando y arrinconando al valiente Zelenski. La desesperación de Putin la evidencia el que estuviera enviando al frente a enfermos y lesionados, inclusive soldados en muletas. Asombra que en ningún momento la tropa se haya rebelado. Además, se reunió, como es del conocimiento público, con los principales jerarcas rusos para advertirles que mientras obedezcan sus lineamientos no tendrán problema alguno, pero el que se salga del esquema pagara las consecuencias, siendo una de ellas el defenestramiento o largas penas de cárcel antes de envenenarles.
Si Putin lograra imponerse sobre Ucrania, países como Polonia, Estonia y Bulgaria quedarían en la mira de los rusos pero al ser miembros de la OTAN, la Alianza del Atlántico Norte, un ataque contra cualquiera de ellos provocaría de inmediato la respuesta del resto, incluyendo el ofrecimiento del presidente francés Emmanuel Macron de poner el arsenal de misiles atómicos al servicio de resto, protegerlos.
La Unión Europea ha llamado a sus ciudadanos a adquirir kits de supervivencia, "por cualquier emergencia", argumenta, aunque en el fondo quiere que la gente esté preparada para un ataque sorpresa del desquiciado contra los Aliados que obligue al resto a someterlo de una vez por todas en cuestión de tres días, según calculan, aunque con un impacto devastador.
Putin necesita la guerra para mantener su dictadura
Es que realmente Putin no quiere el final de la guerra porque, de lograrse, se derrumbaría su poder, caería su régimen y tendría que responder por crímenes de guerra y genocidio; por eso utiliza la horrible matanza de tropas para ejercer un control político sobre el país.
Pese a ello la oposición popular, silenciosa a la dictadura, ha ido en aumento, pues los tres años de guerra están afectando el bienestar material de la población, o siguiendo el viejo refrán, el precio de los cañones es que habrá menos mantequilla, como es el caso de Corea del Norte, donde el armamentismo del desquiciado Kim Jong Ung es a costa de la alimentación de la gente, que sufre visiblemente de desnutrición, la que se manifestó en los contingentes de soldados norcoreanos enviados a combatir en Ucrania, que además estaban mal entrenados.
Lo que allí acontece es el precio que pagan los pueblos al sufrir las consecuencias de tener megalómanos sentados en el poder....