La llegada de un Trump voluntarioso e impredecible nuevamente a la presidencia de Estados Unidos llena de incertidumbre y temor a los inmigrantes, a México y Canadá, a Ucrania, a la Unión Europea y demás países y comunidades en el mundo. Hay varios hechos significativos:
--No sólo no retrocede en su sueño de "echar a todos" los inmigrantes irregulares, sino que sean familias enteras porque dice que él "no quiere que lo critiquen por separar familias". Con este propósito, quiere usar hasta el ejército, sin vocación ni preparación alguna en el campo migratorio y menos en derechos humanos. Zapatero, a tus zapatos.
--El Kremlin le agradece efusivamente que se oponga al uso de armamento estadounidense contra el régimen del criminal de guerra Putin.
--Trump no cesa de amenazar con la imposición de aranceles a México y Canadá y hasta trolear al primer ministro, Justin Trudeau, diciéndole "gobernador del estado de Canadá" como si soñara con anexarse ese territorio.
--Ciertamente la guerra en Ucrania tiene un espantoso costo en vidas humanas (los servicios de inteligencia ingleses informan que cada día 1,500 soldados rusos mueren), pero no será a un precio de cederle territorio a Rusia, como pretende Putin y seguramente como Trump quiere que "negocien" para acabar con la guerra a cualquier precio, sin importar que se sacrifique a un pueblo.
Como hemos dicho antes, más y más pese a la brutal represión de las manifestaciones contra la guerra y el creciente repudio hacia Putin, el plan de Trump sería una especie de salvavidas para el sicópata, que pretende armar Rusia y continuar con la amenaza global.
Como ha advertido Zelenski, el presidente de Ucrania, si le ceden territorio a Rusia después tomará más, hasta llegar a Kiev.
Pero los ataques con misiles occidentales a Rusia están camino de derrumbar la dictadura, esos misiles que Trump no quiere que se usen contra Putin.
Entre la "carne de cañón" que el sicópata Putin lanza diariamente a la muerte está el contingente de soldados norcoreanos, desnutridos, mal entrenados y muy vulnerables debido a que no hay suficientes traductores, a lo que se suma el hecho de que en las guerras o cualquier encuentro la situación cambia cada minuto, por lo que la confusión respecto a lo que toca hacer lleva más rápido o a la muerte o a la rendición.
Pero las vidas ajenas no se toman en cuenta por enloquecidos como Kim Jong-un, Putin o Xi en caso que ataque Taiwán, cuyo territorio es asediado por China comunista.
Hasta el siglo XVIII lo usual era que reyes y guerreros acompañaran a sus tropas en el frente de batalla, cosa que ni Putin ni Kim Jong-un ni Xi Jinping harían. Ellos, desde sus mullidos sillones, sólo mandan a otros a las carnicerías.
"A la paz perpetua", como reza una lápida en un cementerio que visitó Kant
El horror de las guerras, motines, agresiones de grupos contra personas o movimientos diversos, es una pesadilla que persigue a los seres humanos desde los albores de la civilización, hechos que constituyen apasionantes narrativas, desde las agresiones al imperio de los faraones por los "hombres del mar" que hasta el momento no se sabe con certeza cuál fue su origen, hasta la terca postura de los hebreos frente a Roma, que llevo a la destrucción del Templo de Salomón por el general romano Tito y cuya memoria de esos hechos puede verse en el Arco de Tito frente al Coliseo de Roma.
Del Templo solo queda el terraplén donde estuvo, el llamado Muro de las Lamentaciones que es un lugar de peregrinaje al día de hoy y que es asimismo visitado por turistas.
La humanidad está muy lejos de alcanzar "la paz perpetua", como lo pregona una lápida en un cementerio, frase que fue comentada por el gran filósofo Emmanuel Kant...