En templo ortodoxo de gran valor histórico fue seriamente dañado por un ataque del criminal de guerra Putin a Odesa, lo que repite la destrucción de bienes culturales de Ucrania en la demencial agresión que viene sufriendo el país, a lo que se suma bombardear escuelas, zonas residenciales, hospitales.
A lo largo de la historia guerreros y conquistadores han aniquilado monumentos, lugares de oración, libros, esculturas… una de las más dolorosas desecraciones fueron los mosaicos de Hagia Sofía, el templo cristiano de mayor simbolismo, para cubrir las paredes con frases del Corán.
Los enloquecidos jihadistas del Isis destruyeron las ruinas de Palmira, una monstruosidad que se repite cuando los talibanes perpetran la destrucción de los grandes Budas de Kandahar “pues el Corán prohíbe la representación de figuras….”.
El dictador turco Erdogan, que en su buen lado censura fuertemente la agresión enloquecida de Putin contra Ucrania y dice que no va a interferir con los envíos de granos ucranianos al Medio Oriente y África, convirtió Hagia Sofía en mezquita.
Apreciar, dar valor a las creaciones artísticas, literarias, filosóficas de cualquier época no es “de hocicones” como se dice coloquialmente en nuestro suelo, lo que en parte llevó a la casi total destrucción de la Frauenkirche de Dresden, que en parte ha sido reconstruida por la Corona inglesa.
Como hemos ya mencionado, nos tocó ver la catedral de Colonia, una de las joyas del Gótico, con escombros en el suelo y agujeros en sus bóvedas; muchos templos y monumentos de Alemania cayeron bajo los bombardeos de americanos, franceses y británicos.
Hubo un obispo que quiso borrar los frescos del Masaccio de la Capilla Brancacci de Florencia (frescos que marcaron un importantísimo punto de inflexión en el arte, pues introdujeron la representación del espacio no solo por la perspectiva sino por la luz ), como otro que quiso borrar el gran fresco de la Capilla Sixtina del Vaticano por los desnudos (esto llevó a que Miguel Ángel a pintarlo entre los condenados del infierno).
De esa clase de descomunal ignorancia es la decisión de despedir a la directora de una escuela de Florida por mostrar a sus alumnos una imagen del David de Miguel Ángel.
El pensador francés Ernesto Renan dijo que lo único que le hacía comprender el infinito era la imbecilidad humana…
Destruir, arrasar, es rápido y fácil; construir es siempre lo necesario
Intentar reescribir la historia, borrar hechos que pueden “lastimar” a un grupo, andar con tiento para que nadie se sienta aludido, es una de las señales de la época, lo que conduce a posturas absolutamente disparatadas, como las algarabías que se arman cuando se dice algo que toca milimétricamente creencias, razas, inclinaciones sexuales.
En una de las más lindas canciones de Agustín Lara, Madrid, se habla del “…piropo retrechero, más castizo que la calle de Alcalá…”.
Pero en estos momentos echar piropos puede conducir a reprimendas, acusaciones sobre “acoso”, “groping” y “etcétera, etcétera, etcétera”.
Destruir, como lo señaló San Josemaría Escrivá de Balaguer, es muy fácil… lo difícil es construir, crear obras útiles, hermosas, inspiradoras…