Una adolescente rusa de la parte más septrentional del país está amenazada con penas de cárcel por haber posteado en medios cibernéticos su rechazo a la agresión a Ucrania, oponiendo el uso de armas y hombres al costo del bienestar del país.
Pero las dictaduras de todo pelaje persiguen a quienes en una u otra manera señalan sus desaciertos, sus crímenes y sus atropellos a instituciones, al Orden de Derecho y a la gente: señalar que el Rey marcha desnudo, como en el clásico cuento, es un delito de lesa majestad, lo que puede hundir a cualquier persona o grupo social, como sucede en nuestro saqueado país, que ha venido de tumbo en tumbo después de la llegada de Saca al poder, que no asesinó a opositores, a Funes —el acusado de llevarse 351 millones de dólares— que no descansó hasta ver aniquilado a Francisco Flores y que en videos puede verse en Managua abasteciéndose en tiendas de licores y comida.
A la joven rusa inclusive la han amenazado con reclutarla para que “de primera mano” vea las realidades del frente de batalla, una guerra que el criminal de guerra y envenenador Putin creyó iba a durar dos semanas pero que en menos de un mes cumple el año después de haber iniciado.
Putin “pensó” que ante la aviación y los tanques rusos el gobierno de Ucrania y su ejército iba a colapsar, que un productor de películas de humor, Zelenski, y su gabinete iban a darse a la fuga.
Pero Zelenski ha demostrado una valentía y empeño que comparten los hombres y mujeres en Ucrania, que no van a dejar que su país se convierta en una nación al servicio de los rusos.
Los ucranianos tienen muy fresca en su memoria las depredaciones del estalinismo, que además de forzar migraciones provocó hambrunas en Ucrania, llamada desde hace siglos “el granero de Europa”.
Los dictadores pasan inventando crueldades contra sus pueblos
Stalin, como Mao y muy obedientes a la peor doctrina marxista, consideraban que el hombre es una especie de peón al servicio de una cúpula en el poder.
Stalin, se debe recordar, tardó meses en recibir en audiencia a Mao, el fundador del Partido Comunista Chino, por considerarlo de mediocre intelecto, lo que Mao comprobó con las políticas que llevaron a la muerte por hambre a sesenta millones de chinos y que además destruyó mucho del patrimonio cultural y artístico de China con su “Revolución Cultural”, que desató a miles de enloquecidos jóvenes a destruir pinturas, cerámicas, obras literarias…
Cuando Chiang Kai-shek fue forzado a dejar el poder por las acusaciones de funcionarios del Departamento de Estado de entonces, llevó tras sí las obras de arte de la “Ciudad Prohibida”, un extraordinario tesoro que se puede ver en el museo de Taipei, lo que motiva a muchos a volver día tras día durante una estancia en Taiwán…
No hay que revisar la historia de China ni de Rusia para conocer los excesos a los que cualquier dictador llega, sea Maduro, los enloquecidos clérigos de Irán, colocados en el poder por el malvado expresidente de Estados Unidos, Carter, o lo que sucede en Nicaragua, en Guatemala y en nuestro propio suelo. Perseguir disidentes, amordazar, encarcelar al capricho…. se las pasan inventando maneras de aporrear a sus connacionales….