El doctor José Gustavo Guerrero, insigne jurisconsulto salvadoreño que fue presidente de la Corte Internacional de Justicia, relata en sus memorias que hubo un político francés que sugirió formar un grupo de trabajo entre Francia y Alemania para poner fin a las confrontaciones, idea que por desgracia para el mundo no prosperó hasta que Robert Schuman, a la sazón primer ministro francés, contactó al canciller germano Konrad Adenauer para forjar lo que ahora es la Unión Europea.
Esta comunidad de naciones cuenta con 27 países miembros y además está protegida por el Tratado del Atlántico Norte (OTAN) frente a agresiones rusas o de cualquier origen.
La ausencia de acuerdos globales que frenen las infernales ambiciones de enloquecidos dictadores o grupos de similares tendencias ha quedado al descubierto con la no provocada invasión del criminal envenenador Putin a Ucrania, que está llevando a una destrucción del país, al éxodo forzado de 7.9 millones de ucranianos, a la muerte de más de cien mil soldados de ambas partes, una invasión que, como lo acaba de denunciar Volodímir Zelenski, se realiza para seguir sosteniendo en el poder a Putin mientras viva.
Los dictadores no vacilan en derramar sangre, ríos de sangre, para sostenerse, además de perseguir, encarcelar y “desaparecer” a quienes les hacen sombra o los señalen, como está sucediendo tanto en El Salvador, Guatemala y Nicaragua, como en Corea del Norte y China.
Nunca se da el caso de un país democrático que inicie una guerra, a menos que por años o meses denuncie la amenaza y se esfuerce por aplacar a un enemigo; en las democracias la vida de cada uno de sus miembros tiene un valor y todo se hace para protegerla.
En estos momentos cuando China enfrenta lo que parece un rebrote sin control del covid, la peste que pudo haberse evitado pero no se logró por la censura impuesta por el régimen, la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, ha ofrecido asistir a China en el combate del virus, un horror que ha desbordado la capacidad de hospitales, crematorios, cementerios.
Derraman ríos de sangre inocente cuando se puede convivir en paz
Lo esencial del mensaje es “¿por qué seguir montando una guerra que costará miles y miles de vidas, vidas en su mayor parte de jóvenes a quienes se trunca su existencia, su futuro, cuando podemos convivir en paz?”.
La amenaza de guerra, “aun cuando no se llegue a los golpes”, es la pretensión de dominar el mundo, lo que siempre e inclusive, como se demostró con las campañas de Alejandro Magno y los romanos, es quimérico, imposible.
China enfrenta como contrabalance a Estados Unidos, a India, al conjunto de naciones musulmanas, a la nueva alianza entre Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Japón… Persistir puede provocar una reacción interna contra la dictadura del partido comunista fundado por Mao, el desquiciado cuyas imposiciones provocaron la muerte por hambre y penurias de más de sesenta millones de chinos.
En el cuadro mundial se levanta la amenaza nuclear de Norcorea, que ha ordenado intensificar la producción de artefactos atómicos para extorsionar al mundo, doblegarlo, valiéndose de un secreto entendimiento entre Pekín y Pyongyang: Norcorea desarrolla el poderío nuclear para colocarlo al servicio de la dictadura china…
Los dictadores aquí y en todas partes están más que preparados para perpetrar horrendas carnicerías y robar lo que está a su alcance, con tal de mantenerse en el poder….